Los vehículos eléctricos como eje central en las entregas de última milla
En los últimos años, ha habido un enorme auge en la industria del comercio electrónico.
La pandemia del COVID-19 la ha intensificado aún más, causando cambios significativos en el comportamiento de los consumidores a la hora de comprar y estableciendo las compras online como otra nueva normalidad para todos nosotros. Dicho esto, ha habido un fuerte aumento en el número de vehículos que circulan en las ciudades para llevar a cabo las operaciones de entrega de última milla. Esto ha dado lugar a un aumento de las emisiones de carbono y a un mayor consumo de combustible. Se espera que la creciente demanda en las entregas de última milla incremente un 36% los vehículos de entrega en las 100 principales ciudades del mundo para 2030. También se espera que esto aumente las emisiones de carbono a menos que se tomen medidas eficaces.
Aunque el concepto de vehículo eléctrico ha existido desde hace mucho tiempo, en los últimos años han despertado un considerable interés entre las empresas de repartos debido a su eficiencia y sostenibilidad. Si bien todo tipo de negocios de entrega pueden implementar fácilmente una flota de vehículos eléctricos, es más adecuado para las empresas que realizan entregas de última milla en un radio fijo y limitado.
Pero al mismo tiempo, como empresas socialmente responsables, las empresas de reparto también tienen un compromiso con el medio ambiente: controlar los devastadores impactos de las actividades logísticas en el planeta y construir cadenas de suministro sostenibles.
Los gigantes del sector se suman a los repartos 0 emisiones
Muchas empresas están adoptando prácticas logísticas más ecológicas con el objetivo de reducir la huella de carbono y minimizar el impacto en el medio ambiente.
Como ejemplo de ello, Amazon planea operar con vehículos que empleen energía 100% renovable para 2030 y está trabajando con Rivian Automotive para introducir 100.000 furgonetas de entrega eléctricas en su servicio de entregas Prime. Por otra parte, el pasado agosto, Flipkart (propiedad de Walmart) anunció su compromiso de transición a una flota 100% compuesta de vehículos eléctricos también para el año 2030, uniéndose a la iniciativa global de movilidad eléctrica de The Climate Group, EV100. Walmart también tiene como objetivo operar toda una flota de vehículos totalmente eléctricos propulsados con energía 100% renovable, para apoyar su camino a cero emisiones, pero retrasando la adopción al 2040.
También en Europa, los vehículos eléctricos de reparto se están convirtiendo en habituales por los centros de las ciudades. IKEA, por ejemplo, tiene como objetivo tener el 25 por ciento de sus entregas de última milla hechas por vehículos eléctricos para 2025.
En la otra parte del mundo, BigBasket, el principal minorista de comestibles de la India también ha comenzado a utilizar bicicletas eléctricas y vehículos de tres ruedas eléctricos para las entregas de última milla, con el objetivo de aumentar su flota de 800 vehículos eléctricos a 4.000-5.000 en los próximos dos años.
Esto es solo un ejemplo de cómo las grandes empresas alrededor del mundo están apostando por los vehículos cero emisiones a la hora de distribuir sus productos y una muestra de cómo los vehículos eléctricos son los que cada vez están tomando más peso en las entregas de última milla.
Beneficios empresariales del uso de vehículos eléctricos en entregas de última milla.
Pero… ¿en que puede beneficiar a una empresa logística emplear vehículos eléctricos en sus flotas de reparto?
Menos dependencia del combustible, menos contaminación y mejor imagen de marca.
La industria logística depende en gran medida del transporte, y eso se traduce en cantidades excesivas de consumo de combustible a lo largo de la cadena de suministro. No se necesita gasolina, GLP o diésel en un vehículo totalmente eléctrico, y se requiere menos combustible incluso para un EV híbrido. Mediante el uso de vehículos eléctricos para llevar a cabo entregas de última milla, las empresas de la cadena de suministro pueden, por lo tanto, minimizar significativamente el consumo de combustible. Evidentemente, esta menor dependencia del combustible se traduce en un descenso de las emisiones y a su vez en mejorar la imagen de marca de cara a los clientes cada vez más concienciados con el medioambiente.
Facilidad de uso y menor mantenimiento
Al igual que un teléfono móvil, a los vehículos eléctricos se le pueden aplicar la filosofía de “enchufar y usar”, se conectan a una fuente de alimentación con el fin de recargarlos y una vez recargado cualquier vehículo eléctrico tienen una autonomía de 80 a 100 millas y pueden completar una jornada. Los vehículos eléctricos también tienen menos componentes en comparación con los vehículos de combustión lo que hace que el mantenimiento del vehículo sea mucho más sencillo y menos costoso. Estos vehículos sólo necesitan un reemplazo de batería o mantenimiento periódico de ella. Un estudio realizado por KeeResources reveló que un coche eléctrico es al menos un 30% más barato de reparar y mantener que un vehículo con motor de combustión interna.
Operaciones logísticas más rentable
Por otra parte, y a consecuencia de los dos puntos anteriores, el consumo de combustible y los costes logísticos van de la mano, por lo que cuando se hacen las operaciones con vehículos totalmente eléctricos, también reduce los costos operativos gracias a un menor consumo de combustible y costes de mantenimiento. El costo operativo de un vehículo convencional es 3,3 veces mayor que su homologo eléctrico (para el caso de vehículo de tres ruedas). A lo largo de la vida útil del activo, se suma a un considerable ahorro de costes. Además, con los avances tecnológicos, cambiar a una flota de suministro eléctrico ya no es una gran inversión monetaria, en comparación con hace unos años.
Entonces, ¿por qué la última milla aún no es totalmente eléctrica?
También hay algunos obstáculos, tanto subjetivos como objetivos.
El más importante está relacionado con precios relativamente más altos de los vehículos eléctricos en comparación con los tradicionales, que normalmente cuestan hasta un 50% más. Dicho esto, cada vez más países ofrecen subsidios y ayudas que puede compensar en parte esta diferencia.
Otros problemas son las insuficientes infraestructuras de carga y los tiempos de carga de los vehículos. Pocas ciudades tienen suficientes puntos de carga para dar respuesta hoy día a un despliegue importante de vehículos eléctricos en ella, si el número de vehículos eléctricos crece, esta situación ira empeorando. Aunque esto es un problema más ligado al uso en el ámbito privado, ya que, si hablamos de entregas de última milla o de uso corporativo, la mayoría de las empresas serían capaces de planificar e implementar vehículos eléctricos en las rutas anticipando la necesidad de cargar.
Por último, y no menos importante, es la poca disponibilidad y variedad de vehículos de carga eléctricos dedicados al reparto que existen actualmente. Sólo unos pocos modelos están disponibles, como el StreetScooter, de DHL, que a pesar de marcar el camino de como tienen que ser estos tipos de vehículos, aún tiene varias deficiencias como la imposibilidad de una carga rápida, una cabina ruidosa y no muy bien conseguida, aun así, la empresa planea aumentar su número este año de 9.000 a 15.000 a un costo de alrededor de € 40.000 por unidad. El servicio postal francés La Poste utiliza Renault Kangoos; sin embargo, al igual que el Nissan eNV200, se trata de vehículos relativamente pequeños (unos 4m3 de espacio de carga). Mayor espacio de carga (8m3) tiene el Nissan Voltia de su filiar DPD France (filial 100% de La Poste) que actualmente está probando más de 100 de estos vehículos, también está empleando el mismo vehículo DHL Francia en París.
Aunque los problemas con los espacios de carga están cambiando gracias a la llegada de modelos de vehículos eléctricos de mayor capacidad carga. Actualmente, algunos de los tradicionales constructores de furgonetas están sacando al mercado sus versiones eléctricas como por ejemplo los alemanes con las Mercedes eVito y Volkswagen eCrafter. Estos vehículos tienen la ventaja de estar apoyados por los principales productores de automóviles y con una densa red de servicios, cosa que no ocurre con algunos vehículos eléctricos chinos, aunque tienen un precio muy competitivo, no todos ofrecen una buena calidad, no son muy fiables o no están homologados en la UE.
Este post está patrocinado por Trafic – Salón Internacional de la Movilidad Segura y Sostenible, que se celebrará entre el 2, 3 y 4 de noviembre de 2021 en Ifema, puedes encontrar más información aquí: https://www.ifema.es/trafic
La temática de este post (entre otras muchas más) formará parte del contenido del salón y se tratará con más detalle en los diferentes eventos que tendrá lugar en la propia feria durante esos días.
Fuentes y más información aquí:
https://business.edf.org/files/EDF023_Zero-Emissions_v3.pdf
The future of last-mile delivery is electric - Parcel and Postal Technology International
Electric Vehicles - The Future of Last-Mile Deliveries in 2021 and Beyond (locus.sh)