La tecnología pone en jaque a los cacos
Los últimos desarrollos aplicados a la protección de viviendas y negocios han puesto muy difíciles las cosas a los enemigos de lo ajeno, que se topan con sistemas de reconocimiento facial que identifican y almacenan los rostros de los visitantes no deseados, alarmas reguladas desde el smartphone que impiden las interferencias, y controles de seguridad integrados en la propia domótica, que solo se desarman cuando llega el propietario.
Los avances tecnológicos están siendo clave en la lucha contra la intrusión y el robo en domicilios y negocios. Un combate en el que los sistemas de vídeo juegan un papel destacado, “facilitando enormemente cualquier acción de prevención e investigación”, como señala Ignacio Barandiarán, CEO de IBD Global. Entre los últimos avances del mercado, que ya forman parte del catálogo de esta compañía, figuran por ejemplo sistemas de seguridad que incorporan reconocimiento facial y que son capaces de “identificar y almacenar los rostros de las personas que acceden a unas instalaciones”. En caso de tratarse de un acceso indeseado, esto permite disponer de “una información muy valiosa y precisa”.
Integración en la domótica
Diego Moreno, Responsable técnico de By Demes Madrid, afirma que “la crisis del coronavirus ha provocado un aumento exponencial de robos con fuerza en negocios y viviendas particulares”, por lo que los ciudadanos “quieren sentirse más seguros y recurren a sistemas como los controles de acceso, la video-vigilancia y las alarmas”. Además, explica que el mercado ofrece un gran catálogo de productos, tanto de seguridad electrónica como de CCTV (vídeo), y destaca entre las principales tendencias “la integración de la seguridad con los sistemas domóticos de la vivienda, para facilitar la vida y mejorar la experiencia del usuario”.
Moreno explica que “hemos pasado de disponer de sistemas de alarma puros y duros, que alertaban de lo que ocurría en nuestra casa o negocio, a sistemas de intrusión innovadores como el de VESTA by Climax, que son también capaces de identificar cuándo se acerca el propio usuario a su domicilio y desarmarse automáticamente, e incluso poner en marcha la climatización y regular las luces”. Estos sistemas son compatibles con las comunicaciones a la central receptora de alarmas (CRA) por lo que “por un lado nos mantiene protegidos y, por otro, nos hacen la vida más cómoda gracias a la domótica”.