Los nuevos riesgos laborales en el sector de la limpieza
Las mayores amenazas que acechaban hasta ahora a las personas que trabajan en el sector de limpieza eran los riesgos mecánicos, físicos, químicos y ergonómicos. Ahora, la pandemia ha puesto también el foco en otros importantes peligros: los biológicos y los psicosociales.
Desde los ámbitos europeos se ha dado cada vez más relevancia a dos tipos de riesgos relacionados con el sector de la limpieza: los ergonómicos y los químicos. En cuanto a los primeros, Mireya Rifá Fabregat, Vicepresidenta de AEPSAL (Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral), explica que “la adopción de medidas frente a los trastornos musculo-esqueléticos tiene su aliado en dos factores importantes: la organización del trabajo y la tecnología”. Así, “un adecuado manejo de ambas puede proporcionar una considerable mejora de las condiciones de trabajo, y una reducción de los accidentes y enfermedades profesionales”.
Rifá, que también es miembro de la junta de ENSHPO (European Network of Safety and Health Professionals Organizations), se refiere también a los riesgos químicos. “Un incremento en la formación e información proporcionada a los trabajadores en el uso, manipulación, almacenaje y trasvases, así como en los equipos de protección individual necesarios, incidiría de manera efectiva y positiva en la disminución de riesgos que provocan enfermedades profesionales”. Por otro lado, “la sustitución de productos químicos altamente tóxicos y contaminantes por otros con una menor incidencia, tanto para la salud laboral como para el medioambiente, es una tendencia en la que se trabaja en la actualidad”.
Pero, a juicio de esta experta, estas no son ya las únicas amenazas que acechan a los trabajadores de la limpieza. “La pandemia del coronavirus ha puesto de relieve que es necesario también poner el foco en otros dos peligros que hasta ahora habían tenido menor consideración”. Se trata “por un lado, de los riesgos biológicos, cuyas medidas para combatirlos tendrán que ir adaptándose a las nuevas situaciones; y, por otro, de los psicosociales, que nuestros sistemas preventivos tendrán que aprender a gestionar de manera correcta.
Formación técnica
En este nuevo escenario, la formación y sensibilización de los trabajadores se hace más indispensable que nunca para minimizar los riesgos laborales que puedan derivar de las funciones que realizan en sus puestos, como indica Montserrat Iglesias Lucía, Directora de la Escuela de Prevención y Seguridad Integral de la Universidad Autónoma de Barcelona (EPSI-UAB).
En este sentido, Iglesias advierte de que “no debemos limitarnos a impartir una formación técnica que se limite a las obligaciones normativas, sino que ésta tiene que ir más allá, permitiendo concienciar y crear cultura preventiva”. A su juicio, “la formación y sensibilización son esenciales en cualquier ámbito de la prevención de los riesgos laborales porque permite crear una mentalidad de corresponsabilidad, mejorar la productividad y aumentar la calidad laboral”.