Los nuevos riesgos laborales en el sector de la construcción
El uso de grandes formatos en ladrillo, baldosas y embellecedores de fachada implica cada vez mayores riesgos de accidentes y lesiones. Un problema que se une a los peligros que conlleva el aumento en la utilización de sustancias químicas, la radiación solar, el envejecimiento de la población activa y otros factores psicosociales.
Una de las actuales tendencias del sector de la construcción es el uso de grandes formatos, tanto en ladrillo, como en baldosas para alicatado o piedras embellecedoras de fachada, explica Ismael Sánchez-Herrera, Presidente de AEPSAL, la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral. “Cada una de estas piezas puede llegar a pesar más de 20 kilos, por lo que el esfuerzo físico que se realiza para colocarlas es brutal, posibilitando lesiones crónicas”. Según este experto, “ya están saliendo al mercado robots que ponen ladrillos y enyesan, pero estas manipulaciones de carga aún no las he visto automatizadas”. Por eso, “el uso de exoesqueletos en estas tareas de gran carga física” debería ser una de las prioridades de futuro.
Otro de los nuevos riesgos de la construcción es el progresivo incremento en el uso de sustancias y elementos químicos, “que no va siempre acompañado de un suficiente conocimiento de las problemáticas que puede entrañar y de las posibles enfermedades asociadas”.
Silicosis
Uno de los riesgos específicos a los que se enfrentará el sector de la construcción en los próximos años será el control y gestión de la exposición a sílice cristalina respirable (SCR) en los puestos de trabajo, según la doctora Anna Oubiña Albadalejo, representante de Servicios de Prevención Ajenos, ASPA-ANEPA. En cualquiera de las operaciones en las que se trituran, cortan, perforan, tallan o muelen materiales, productos o materias primas que contienen sílice cristalina se pueden liberar al ambiente de trabajo partículas que pueden ser inhaladas por los trabajadores”. Y la exposición crónica a SCR puede producir silicosis.
La doctora Oubiña afirma que “el control de la exposición a SCR a largo plazo debe constituir una de las prioridades del sector de la construcción”. Y, en este sentido, indica que “los Servicios de Prevención Ajenos están preparados para ofrecer el asesoramiento técnico de calidad que el sector precisa”.
Amenazas tradicionales
La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo advierte que muchos de los actuales riesgos emergentes coinciden con los tradicionales, pero se enmarcan ahora en un nuevo escenario laboral. Así desde AMAT, la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo, recuerdan que “los principales accidentes que se producen en el sector de la construcción, según datos de 2020, están provocados por sobreesfuerzo (el 31,6%), caídas (18%), tropiezos y golpes (16,4%) o cortes (7,9%), lo que demuestra que la prevención no debe abandonar el foco sobre los riesgos tradicionales”.
Por su parte, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) ha identificado como riesgos emergentes la evolución del sector hacia una construcción sostenible y una gestión medioambiental de residuos, el envejecimiento de su población activa, los riesgos psicosociales, cada vez más presentes en todos los sectores, y la exposición tanto a agentes químicos como a la radiación solar.
Ante este panorama, los responsables de AMAT aseguran que es necesario continuar incidiendo en “la formación de los trabajadores, la vigilancia de la salud, la puesta en valor de la figura del técnico de prevención, y la responsabilidad individual del trabajador”.
Cambios en la organización
María José Leguina, Directora del Departamento Laboral de la Confederación Nacional de la Construcción, señala que "hay que ser conscientes de que los nuevos materiales, formas de trabajar y tecnologías van a provocar cambios en la organización que conllevarán, entre otros, la implantación de sistemas de gestión de seguridad y salud cada vez más exigentes como, por ejemplo, la integración de la prevención de riesgos laborales en la metodología BIM”.
Por otra parte, Javier Díaz. responsable técnico de Asepal (Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual) recuerda que la pandemia del covid-19 ha revelado la verdadera naturaleza de los EPI (equipos de protección individual): servir como última línea de defensa, en la protección de la salud y seguridad de las personas que los llevan puestos. Y advierte que “el proceso de selección y uso de EPI presenta nuevos retos para el responsable de salud y seguridad en el trabajo de todos los sectores, incluyendo el de la construcción”.