Javier Díaz Alonso (ASEPAL): “Los EPI deben adaptarse a las necesidades de cada trabajo y persona”
Los equipos de protección individual (EPI) deben cumplir la normativa correspondiente, pero también han de adaptarse a las necesidades y las particularidades de cada tipo de trabajo y a las características de cada persona, según Javier Díaz Alonso, responsable técnico de la Asociación Española de Fabricantes, Importadores y Comercializadores de Equipos de Protección Individual (ASEPAL), quien explica a continuación las novedades de la nueva Guía para la Contratación de estos equipos publicada por la asociación.
¿Hasta qué punto es fundamental que las empresas realicen una selección meticulosa y adecuada de los EPI?
Un equipo de protección individual (EPI) constituye la última línea de defensa de la que dispone una persona que desarrolla su trabajo en entornos en los que existen aún riesgos que no han podido ser eliminados por cualquier otra medida preventiva anteriormente considerada. La selección adecuada del EPI es el primer pilar de la protección. No sólo deberemos asegurarnos de que el equipo cumpla la normativa que le corresponde, sino que también prestaremos gran atención a que esté adaptado a las necesidades de protección evaluadas, las particularidades del trabajo y las características y necesidades de la persona que lo va a utilizar durante toda la exposición al riesgo.
En nuestra experiencia, la mayor parte de los procesos de selección, se limitan a comprobar que el equipo cumple con los requisitos normativos que le son de aplicación, lo cual es un factor esencial. Sin embargo, éste constituye únicamente el primer paso, ya que de no cumplir con la normativa sencillamente no podría estar en el mercado. Además, la selección de un EPI debe basarse siempre en los resultados que arroja la correspondiente evaluación de riesgos laborales. Una vez que se han esclarecido factores como el tipo y nivel de riesgo al que se someten los trabajadores y trabajadoras, existen otra serie de cuestiones que hay que tener también en cuenta.
¿Qué cuestiones serían éstas?
En primer lugar, debemos seleccionar EPI que se ajusten al nivel de protección requerido por la tarea. Un equipo que ofrezca un nivel por debajo dejará en riesgo al trabajador, por lo que es mejor buscar uno por encima del aceptable. Sin embargo, un equipo que ofrezca un nivel de protección muy por encima del requerido puede provocar algunas situaciones que menoscaben su uso. Por ejemplo, un protector auditivo con un nivel de atenuación que esté muy por encima del requerido puede favorecer una sensación de aislamiento que provoque que la persona que lo lleva se lo retire con mayor frecuencia.
Además, la adaptación del EPI a las características del trabajo y de las personas es esencial, aunque esto es algo tan importante como desconocido. De hecho, es habitual comprobar que la adquisición del equipo venga orientada únicamente por el precio del producto o porque éste sea el mismo para todos los trabajadores.
Hay que tener en cuenta que el EPI deberá ser utilizado mientras dure la exposición al peligro, lo que en la mayoría de los casos equivale a llevarlo durante la práctica totalidad de la jornada de trabajo. Y no podemos exigir a nadie que use un equipo demasiado pesado, rígido, poco transpirable o que no se ajuste a su anatomía, algo que vemos muy frecuentemente en el caso de los que se entregan a las trabajadoras.
¿Qué objetivos tiene la nueva Guía para la Contratación de Equipos de Protección Individual que ha lanzado ASEPAL?
La adquisición de Equipos de Protección Individual a través de contratos de suministros suele generar desencuentros entre proveedores y compradores, tanto en la Administración Pública como en empresas privadas. Basándonos en la experiencia acumulada durante estos años, ASEPAL ha elaborado un documento que tiene por fin dar una serie de pautas que permitan que los pliegos de prescripciones asociados a los procesos de contratación pública o privada se elaboren de manera que facilite que los EPI que se demanden se ajusten a las condiciones establecidas por la normativa aplicable y que, por lo tanto, sean seguros.
El objetivo principal de esta guía es facilitar la tarea de toda aquella persona que deba elaborar un pliego de condiciones técnicas para que los EPI que se adquieran finalmente no sólo cumplan con la normativa vigente en materia de seguridad, sino que también se ajusten perfectamente a las necesidades de los trabajadores.
¿Qué puntos claves aborda el documento?
El documento de ASEPAL aborda distintos aspectos clave. En primer lugar, realiza un repaso de los factores que se deben tener en cuenta a la hora de seleccionar un EPI. Aquí se pone especial énfasis en las características de la tarea que desempeñará el trabajador, las particularidades físicas de los empleados y la obligatoriedad de que el equipo cuente con la certificación correspondiente. Otro punto fundamental es la necesidad de que los procedimientos de uso y mantenimiento de los EPI se ajusten a las instrucciones establecidas por el fabricante. Este aspecto, a menudo olvidado, tiene un gran impacto en la seguridad y salud de los trabajadores. Por último, el documento recoge los errores más frecuentes que se cometen en la redacción de pliegos de prescripciones técnicas. Entre ellos se encuentran la referencia a normativas incorrectas, la exigencia de métodos de limpieza incompatibles con la certificación del EPI o el diseño de equipos que no cumplen con la normativa, especialmente en lo que respecta a la alta visibilidad.
Para finalizar, la guía ofrece una lista de verificación que sirve como recordatorio de todos los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta a la hora de redactar un pliego de prescripciones técnicas. De esta forma, se contribuye a la adquisición de EPI seguros y adecuados para proteger a los trabajadores en el desempeño de sus funciones.