Anna Aisa Biarnés (ACAES): La seguridad privada está íntimamente relacionada con la tecnología
Anna Aisa Biarnés, gerente de ACAES (Asociación Catalana de Empresas de Seguridad), afirma en la siguiente entrevista que la seguridad privada está íntimamente relacionada con el uso de la tecnología, y añade que “cada año aparecen en el mercado nuevos productos, sistemas y dispositivos, con nuevas utilidades, propiedades y funciones que deben ser conocidas por los profesionales del sector, los encargados de su fabricación y distribución y los que deberán incorporarlos en las instalaciones de seguridad.
¿Qué importancia tiene la formación y el reciclaje profesional en el sector de la seguridad?
La formación es una pieza clave para el sector de la Seguridad. No olvidemos que la seguridad privada es esencialmente preventiva y que las amenazas, los riesgos y las vulnerabilidades son cambiantes. Los profesionales de la seguridad privada deben adaptarse a estos cambios. Tienen que estar preparados para poder dar una respuesta rápida, eficaz y eficiente a las situaciones de riesgo que se vayan produciendo y ello solo se consigue con formación. Pero no sólo la formación viene dada por la cambiante realidad, sino también por la evolución constante de la tecnología.
¿Cómo está influyendo esta evolución tecnológica en la seguridad privada?
La seguridad privada está íntimamente relacionada con el uso de la tecnología, y, en este ámbito, la evolución no se detiene. Cada año aparecen en el mercado nuevos productos, nuevos sistemas, nuevos dispositivos, con nuevas utilidades, con nuevas propiedades y funciones, que deben ser conocidas por los profesionales del sector, por aquellos encargados de su fabricación y distribución y por los que deberán incorporarlos en las instalaciones de seguridad. Así que, en conclusión, la formación es un elemento imprescindible para el sector de la seguridad privada.
Y cuando hablo de formación no me estoy refiriendo sólo a la formación de reciclaje de los profesionales de la seguridad, sino también a la formación en seguridad. Desde la Universidad de Barcelona, y concretamente en el Institut de Seguretat Publica de Catalunya (ISPC) se imparte el único Grado público en seguridad de Cataluña. Es una formación universitaria, de cuatro años de duración, en la que la seguridad es el eje de todo el plan docente y nos está permitiendo disponer de alumnos graduados que tienen una perspectiva holística de la seguridad y que pueden aportar, y lo están haciendo, conocimientos técnicos de alto nivel a nuestro sector.
¿Qué otras actuaciones deben llevarse a cabo para asegurar la buena preparación de los profesionales del sector?
Principalmente confeccionar adecuados programas formativos. Muchas veces dichos programas no forman parte de la formación reglada, pero recogen las necesidades de los profesionales de la seguridad privada y responden realmente a las necesidades formativas existentes. De ahí la importancia de que no sólo se invierta en cursos formativos standars y se apueste también por la formación a medida, que se puede ajustar más a las necesidades concretas de un servicio, de una instalación y de un producto.
Quizás este sea uno de los elementos que ayuden a que las empresas apuesten por la formación de sus empleados, precisamente por cuanto que puedan constatar que estamos hablando de una formación teórico-práctica y adaptada las necesidades formativas concretas de cada colectivo y ámbito.
Asimismo, deben reforzarse los lazos de colaboración entre universidad, como el ISPC, y empresas de seguridad privada, no sólo para adaptar la formación a las necesidades reales del sector sino también para que dichas empresas acudan a los alumnos graduados a la hora de captar nuevo talento.
¿En qué ámbitos debe profundizarse principalmente?
Es difícil fijar unos ámbitos concretos ya que, como hemos comentado, las necesidades son cambiantes, como lo son las amenazas y los avances tecnológicos. Así pues, la formación debe adaptarse a dichos cambios. No es de recibo elaborar programas formativos permanentes, sino que deben estar abiertos a su adaptación constante, incorporando las novedades que vayan apareciendo y que sean de aplicación.
A mayor abundamiento, si hacemos referencia a los vigilantes de seguridad, tenemos una formación inicial obsoleta, que no recoge muchos aspectos que son necesarios actualmente para prestar un servicio de vigilancia de calidad. Ello se intenta suplir con la formación de reciclaje, pero esta circunstancia no debería ser un obstáculo para proceder a actualizar los programas formativos de los vigilantes de seguridad.
Si nos referimos a técnicos de sistemas, no tenemos una formación base para ellos, siendo las empresas las que deben llevarla a cabo. En este sentido, desde ACAES, por primera vez, hemos realizado dos cursos de técnicos de seguridad, totalmente subvencionados, que han sido un éxito de participación, y con los que se ha conseguido formar a futuros técnicos de seguridad e incluso a mandos intermedios de empresas instaladoras que también precisan de dichos conocimientos técnicos para poder entender mejor qué es un sistema de seguridad y qué implica.
Por último, en cuanto a los operadores de CRA, estamos en la misma situación que en el caso anterior, siendo cada empresa la que se ocupa de formar a sus operadores. Por ello también desde ACAES hemos realizado un curso de operador de CRA, incluyendo no sólo las materias propias de recepción y verificación de las alarmas, sino también conceptos básicos sobre un sistema de seguridad y conocimientos sobre atención al cliente.
En cuanto a la formación universitaria, tampoco puede quedar al margen de su adaptación constante y me consta que esta es una de las apuestas del Grado en Seguridad en el que la plantilla de docentes habla por sí sola.
¿Qué otras cuestiones sobre este tema considera relevantes actualmente?
Teniendo en cuenta la relevancia que la formación tiene para nuestro sector, sería conveniente que las asociaciones pudiéramos participar más activamente en la formación subvencionada, en su programación, diseño y ejecución, ya que sería una manera de que dicha formación se adaptara a las necesidades del sector y llegara a todas las empresas de seguridad privada y, por lo tanto, a todos los trabajadores de la seguridad privada.
Y no puedo finalizar sin hacer una referencia, aunque breve, al Grado Medio de Técnico en Seguridad. El Real Decreto 570 todavía está pendiente de desarrollo en la parte que corresponde a las comunidades autónomas, pero sin lugar a dudas la formación profesional es una vía para dignificar el sector, para mejorar la formación de sus profesionales y, en definitiva, una apuesta por la calidad de los servicios de seguridad privada.