El metaverso: qué es y cómo funciona
Después de crear las primeras comunidades on-line, los videojuegos se convirtieron en las plataformas perfectas para desarrollar el metaverso. Desde asistir a conciertos virtuales hasta comprar tierras, todo parece posible en el metaverso. Aunque su potencial desarrollo llegará en los próximos años.
Antes de los videojuegos, el metaverso solo existía como un elusivo concepto en la literatura de ciencia ficción. La novela Snow Crash (1992), del escritor estadounidense Neal Stephenson, introduce por primera vez la palabra metaverso, haciendo referencia a una ciudad virtual ficticia donde las personas se conectaban a sus avatares para escapar de su distópica realidad.
Además de introducir los términos metaverso y avatar, Stephenson imaginó un mundo online interconectado antes de la masiva irrupción de internet, aunque ya existían sistemas informáticos capaces de intercambiar información.
Qué es un metaverso
También antes de que Sony revolucionara los videojuegos con el lanzamiento en 2008 de la Play Station 3 -la primera que tenía conexión Wifi-, la empresa estadounidense Linden Lab levantó en 2003 Second Life: el primer mundo virtual que es considerado un metaverso. Al igual que en la novela Snow Crash, los usuarios diseñaban su propio avatar, y con los dólares virtuales Linden podían comprar casas de lujo, ropa, comida y bebidas.
Durante algunos años, Second Life acaparó gran atención mediática y empresarial, pero las limitaciones en la calidad de los gráficos y su usabilidad, que obligaba a pasar días enteros con un manual de instrucciones para comprender sus espacios virtuales, terminaron por ahuyentar a muchas personas y empresas. Al final, Second Life se convirtió en un mundo baldío en el que solo estaban las empresas e instituciones, que se había volcado con sus proyectos.
Mejor suerte tuvo el mundo de los videojuegos, que iniciaron una acelerada carrera para mejorar sus gráficos, el desarrollo y experiencia de sus productos, y engancharon a millones de usuarios hasta crear las primeras comunidades on-line. En octubre de 2010, el juego de rol para jugar en línea World of Warcraft alcanzó los 12 millones de suscriptores, mientras que el battle royale Fortnite registró 350 millones de jugadores en mayo de 2022 de los que entre 3 y 4 millones se conectaban simultáneamente.
En estos doce años que separan al World of Warcraft de Fortnite hay muchos ejemplos más de videojuegos con comunidades que se cuentan por decenas de millones: Los Sims; Minecraft; Counter Strike; PUGB: Battlegrounds; Call of Duty; Farmville, FIFA; Roblox…
Las boyantes cifras del sector de los videojuegos convencieron a las 'Big Tech' estadounidenses para realizar sus primeras compras. En septiembre de 2014, Microsoft anunció la compra de Minecraft por 2.500 millones de dólares, aunque fue el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, quien colocó el metaverso en la boca de todos al cambiar en octubre de 2021 el nombre de su empresa por Meta Plattforms Inc.
Después del anuncio de Zuckerberg, dos proyectos surgidos en la economía digital de las criptomonedas, los metaversos Sandbox y Decentraland, veían como su publicidad se disparaba, al igual que la cotización de sus criptomonedas MANA y SAND, y vendían algunas de sus parcelas virtuales más codiciadas por hasta 600.000 dólares.
A diferencia de los videojuegos, los metaversos Sandbox y Decentraland se han desarrollado con tecnología blockchain, al igual que otros mundos virtuales como los juegos play-to-earn, Axie Infinite y Cryptovoxels.
Microsoft anunció en enero la compra de Activision Blizzard, titular de algunos de los juegos más vendidos como Call of Duty o World of Warcraft, por 69.000 millones de dólares. Otras tecnológicas se sumaron a esta tendencia y han anunciado el desarrollo de programas específicos para el metaverso. Es el caso de las tecnológicas Niantic, Intel o Nvidia, con su plataforma Omniverse. Epic Games, la propietaria de Fortnite, se alió con Sony para invertir 2.000 millones de dólares en la creación de una empresa conjunta llamada Epic Games Metaverse.
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Cómo entrar al metaverso
Desde aplicaciones, juegos de videoconsolas hasta plataformas en internet, los metaversos que funcionan en la actualidad serán muy distintos a los que se desarrollarán en los próximos años.
Para entrar en un metaverso, solo tienes que registrarte en una plataforma de internet -como Horizon Worlds, Sandbox, Decentraland, o Cryptovoxels-; descargarte una aplicación, en el caso de Roblox o Fortnite, o adquirir estos juegos de ordenador o de videoconsola. También es importante contar con una wallet (billetera digital), con las criptomonedas asociadas a blockchain, o las monedas virtuales que comercializan los diferentes programas.
Cómo funciona el metaverso
Actualmente, la mayoría de metaversos funcionan como videojuegos o plataforma multijuegos para los más jóvenes, aunque algunos metaversos ya están enfocados en empresas y en un público más adulto. Es el caso de Decentraland, que ha firmado acuerdos con algunas compañías para que desarrollen sus espacios y tiendas virtuales. Y Sandbox, una plataforma que ha ido evolucionando en su versión beta desde una empresa multijuegos hasta un ecosistema virtual para atraer a las grandes multinacionales Sony, Atari, o PwC.
Horizon Worlds, el mundo virtual de Meta, funciona como una red social vinculada a Facebook, donde se puede interactuar con tus contactos y jugar con simuladores VR en línea. Distinto enfoque presenta Horizon Venues, diseñado para asistir a conciertos, conferencias, y eventos deportivos, mientras que Horizon Workrooms es un espacio concebido para celebrar reuniones empresariales en formato de realidad virtual.
Qué se puede hacer en el metaverso
Además de jugar, el paquete de experiencias que ofrecen los metaversos está todavía en construcción, pero ya se puede asistir a eventos deportivos de la NFL en Roblox, desfiles de moda en Decentraland, conciertos virtuales en Fortnite y Horizon Venues, o adquirir NFT en forma de complementos de ropa o skins para personalizar los avatares en distintas plataformas.
Sin embargo, el aspecto que acapara mayor atención es la venta de parcelas virtuales y su desarrollo inmobiliario. La exclusiva comunidad para las 100 primeras personas que adquiriesen el NFT asociado a Fantasy Islands en Sandbox o los céntricos terrenos del Fashion Street District, con 90.000 parcelas, en Decentraland son algunas de las propiedades más codiciadas. Al quedar registrado en un libro de contabilidad digital compartido en blockchain, los usuarios interesados en este tipo de NFT en formato bienes raíces tienen la opción de adquirir sus propios terrenos virtuales, donde levantar una mansión, un centro comercial o cualquier tipo de construcción que se imaginen.
Un ejemplo es el superyate 'Metaflower', diseñado por la empresa Republic Realm y que alcanzó los 650.000 dólares en su primera subasta en The Sandbox.