Cómo funcionan las gafas de realidad virtual
Además de todas sus aplicaciones empresariales, la tecnología VR está disponible para ver películas, socializar en redes sociales y plataformas inmersivas como Horizon Words o AltSpace VR, y otros tipos de entretenimiento. Pero son los videojuegos los que cuentan con un catálogo cada vez más extenso para una verdadera inmersión en realidad virtual.
El efecto inmersión de la realidad virtual sería imposible sin utilizar un casco o visor VR, el cual recrea imágenes generadas por ordenador en una pantalla LCD u OLED. La lente (o lentes) envía dos imágenes diferentes a cada uno de nuestros ojos, que se sobreponen para construir el formato 3D.
Para que la VR sea aún más inmersiva, el visor VR debe acompañar el movimiento de nuestra cabeza, hacia arriba y abajo o izquierda y derecha, y permitir que la imagen se mueva al mismo tiempo. También es importante que las gafas VR sean capaces de rastrear los gestos de la mano y el cuerpo, y cuenten con un mando con conexión bluetooth para el móvil, o un sistema wireless para que el cable no interfiera en el móvil. Pero eso lo veremos ahora. Vayamos por partes.
Tipos de gafas de realidad virtual
En el mercado hay distintos tipos de gafas de realidad virtual, con diferentes características y especificaciones técnicas. Sin embargo, la principal diferencia que encontraremos serán gafas VR sin cable y con cable.
Gafas VR sin cables
Los visores VR sin cables son los más básicos y baratos del mercado (entre 25 y 35 euros), como es el caso de los modelos BNext y Merge VR. En realidad, este tipo de gafas son una carcasa de plástico con una ranura para introducir un teléfono móvil compatible, con el que se puede visualizar películas, juegos, y puzzles para niños y adultos. Son fáciles de configurar y usar, y algunos dispositivos también ejecutan programas de realidad aumentada.
En este apartado destacan la gafas DIY (hazlas tú mismo), realizadas con cajas de cartón, las cuales han ido ganando presencia en las escuelas y los hogares. El modelo Google Cardboard lo puedes comprar en cualquier tienda online. Pero también lo puedes diseñar tú mismo; descargando las instrucciones y comprando solo las lentes en internet.
Este tipo de visores VR son muy asequibles, pero sus prestaciones son limitadas. Pueden contar con cierto recorrido en las escuelas, como forma de introducir la tecnología VR a los niños, o en negocios que apuesten por catálogos inmersivos de manera económica. Sin embargo, las gafas solo funcionan con un teléfono móvil, que encarece el precio final del producto.
Gafas VR con cables
La mayoría de gafas VR, al menos las que presentan mejor rendimiento, funcionan con una conexión por cable a una videoconsola o a un ordenador. El programa, ya sea un videojuego o un metaverso se ejecuta en el PC, y el visor VR opera como un dispositivo periférico.
En el caso de PlayStation, los juegos VR son diferentes a los tradicionales. La PS4 VR fue presentada en 2016, mientras que Sony ya trabaja en una nueva generación para la PlayStation 5 VR2 para su comercialización a principios de 2023.
Para que los PC desarrollen todo su potencial, es necesario tener en cuenta una serie de requisitos. Algunas marcas de visores VR, como Oculus y HTC, publican especificaciones mínimas recomendadas para que los ordenadores portátiles sean capaces de ejecutar los juegos en este formato. Los principales requisitos afectan a la tarjeta gráfica, el procesador, y los puertos, por lo que es importante comprobarlos para probar VR en nuestro PC.
También es importante el tamaño de la habitación para configurarlo; apartar muebles y objetos como lámparas para disponer de un buen espacio para movernos con libertad.
Otras características de gafas VR
El precio sigue siendo uno de los principales factores para elegir el modelo. Desde los 300 o 600 euros que cuestan los modelos estándar Oculus Quest 2 hasta los 700-800 euros de los dispositivos HTC y HP, y los 1.000 euros de Valvex Index, entre algunos ejemplos.
Otras características importantes de los visores VR son:
• Resolución de la pantalla: Los mejores visores VR, generalmente, cuentan con mayor resolución. Es un aspecto muy importante de la experiencia y la inmersión VR.
• Tipo de pantalla: Las pantallas OLED muestran mejor contraste y viveza de colores, pero consumen más batería que las LCD.
• Campo de visión: Los dispositivos con mayor campo de visión recrean mejor la visión humana, por lo que merece la pena que el visor supere los 110 y 115 grados.
• Movimientos: Las gafas VR deben ser capaces de acompañar todos nuestros movimientos. Existen diferentes soluciones; desde cámaras para rastrear la ubicación de los ojos y la cabeza dentro del mundo virtual, hasta dispositivos más avanzados con hardware, que configura la posición del usuario con respecto a la habitación.
Además del precio, los efectos de mareo que producen las gafas VR en usos prolongados por el desajuste entre el movimiento real de nuestro cuerpo y lo que muestra el mundo virtual, así como el peso del dispositivo sobre nuestra cabeza, son algunos de los inconvenientes que todavía presentan esta tecnología. El visor VR debe ajustarse a nuestra cabeza sin causar pesadez ni molestias, y tampoco se puede calentarse demasiado.
Como ya hemos visto, otro de los problemas es la necesidad de un cable para conectar las gafas VR al ordenador y videoconsola. Pero ya existen algunas soluciones, como Air Link de Oculus o Virtual Desktop, pero obliga al visor VR a consumir más batería y no soporta todos los videojuegos.
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