Terapia visual para niños, procesos y efectividad
Los problemas de visión, que pueden interferir en el aprendizaje de los niños e incluso afectar a su vida escolar, se pueden paliar a través de una terapia visual que los corrige mediante la práctica de ejercicios y juegos
Los primeros años de vida de un menor son una etapa en la que todas las funciones cognitivas, de aprendizaje y el propio organismo, están en continuo desarrollo. Sanidad establece un calendario de control del niño o niña para que acuda a su pediatra de cabecera de manera periódica y así comprobar que se está desarrollando con normalidad. No obstante, en ocasiones pueden surgir problemas para los pequeños que no se detectan a tiempo puesto que sus síntomas se manifiestan de una manera que puede pasar desapercibida, en un principio, tanto para los padres como para los educadores.
Los trastornos oculares pueden causar problemas en el aprendizaje de los niños e incluso afectar a su vida escolar. Por ello, los especialistas recomiendan realizar una terapia visual a todos aquellos niños que se vean afectados por esta situación.
Rasgos que indican que un menor necesita terapia visual
Existen diferentes causas que pueden indicar que un menor deba realizar este tipo de tratamiento. Entre las más comunes destacan una lectura lenta, una baja comprensión lectora, saltar líneas de un texto, acercarse demasiado al libro mientras se lee, o guiñar un ojo cuando se quiere enfocar un objeto que está lejos.
Los problemas oculares en niños se puede corregir con el uso de unas gafas o unas lentes correctoras y terapia visual, que consiste en una serie de ejercicios y métodos optométricos que tiene como objetivo la rehabilitación de estas capacidades. Para que este tratamiento suponga una actividad poco tediosa para los menores, los expertos en oftalmología han elaborado una serie de juegos de habilidad para ayudarles a reparar la visión.
Ejercicios sencillos de terapia visual en niños
Uno de los principales ejercicios que se utilizan como terapia visual es el de enfocar y alejar un objeto que tenemos en la mano. Se trata de coger un bolígrafo, por ejemplo, y estirar el brazo. La clave está en fijar la vista únicamente en ese objeto para que siempre quede enfocado. Para entrenar la vista de lejos, la idea es observar un punto lejano por la ventana y, posteriormente, cambiar la vista a otro que tengamos delante.
Otro de los ejercicios, que además tiene un cierto grado de complicación, consiste en escribir el nombre de un color, pero utilizando un lápiz o bolígrafo de otro tono distinto. Es decir, escribiremos la palabra “amarillo”, pero con un color rojo; “azul” pero en verde; “negro”, en marrón y así hasta que tengamos un total de ocho términos. El juego consiste en decir en voz alta los colores de cada término y no las palabras.
También existen varios ejercicios que se pueden realizar en cualquier lugar (nuestra casa, en el autobús, la oficina, etc.), y en los que no es necesario el uso de objetos. Uno de ellos es girar los ojos en el sentido de las agujas del reloj. Simplemente hay que intentar que los ojos giren en una dirección durante 5 segundos, sin parar, y después cambiar el movimiento hacia la dirección contraria durante el mismo tiempo.
Otra tarea que recomiendan los expertos es la de cerrar los ojos lo más fuerte que se pueda entre cinco y diez segundos. A continuación, hay que abrirlos lo máximo posible y aguantar el mismo tiempo en esa posición.
La terapia visual en niños, por lo tanto, es fundamental para poder atajar aquellos problemas de visión que afectan a los más pequeños de la casa y que, a la larga, pueden degenerar en otras complicaciones que afecten a la vida adulta de los mismos.
La importancia del cuidado de la vista y los avances que se desarrollan cada año dentro del sector óptico tienen su punto de encuentro en ExpoÓptica, el Salón Internacional de Óptica, Optometría y Audiología, organizado por IFEMA MADRID.