¿Cuánta vitamina C necesitas?
La vitamina C es un nutriente esencial para el cuerpo humano que se encuentra en muchos alimentos, especialmente en frutas y verduras frescas.
La cantidad diaria recomendada de vitamina C varía según la edad, el género y otros factores individuales. Para adultos, se recomienda una ingesta diaria de al menos entre 65-90 mg de vitamina C. Sin embargo, durante ciertas etapas de la vida, como el embarazo o la lactancia, se recomienda entre 85 a 120 mg al día, donde se necesita un extra para apoyar tanto la propia salud de la madre como la del bebé.
Los fumadores necesitan aún más vitamina C debido al daño adicional del tabaco en el cuerpo y porque el tabaco reduce la absorción del nutriente. Existen también algunas condiciones de salud que pueden aumentar la necesidad de vitamina C, como la enfermedad periodontal o la exposición frecuente a la contaminación.
En cualquier caso, es importante obtener la vitamina C de fuentes naturales mediante una dieta equilibrada y variada, en lugar de confiar en suplementos que pueden ser innecesarios. Las frutas cítricas, los pimientos, los kiwis y las bayas son algunas de las mejores fuentes de vitamina C. Además, es importante tener en cuenta que la vitamina C es sensible al calor, la luz y el aire, por lo que se debe almacenar cuidadosamente y cocinar los alimentos con métodos que minimicen su pérdida.
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¿Para qué sirve la vitamina c?
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina soluble en agua que se encuentra naturalmente en diversos alimentos, especialmente en frutas y verduras. Esta vitamina es esencial para el cuerpo humano, ya que juega un papel fundamental en la formación y mantenimiento de los tejidos corporales, incluyendo la piel, los huesos y los dientes.
Además, la vitamina C es un antioxidante, lo que significa que ayuda a proteger las células contra los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden dañar las células y contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades.
La vitamina C también desempeña un papel clave en la absorción del hierro no hémico, que se encuentra en los alimentos de origen vegetal y se absorbe con menos eficacia que el hierro de origen animal. Cuando se consume vitamina C junto con alimentos ricos en hierro, como las legumbres o las espinacas, se mejora la absorción de este mineral y se previene la anemia ferropénica.
Asimismo, la vitamina C fortalece el sistema inmunológico del cuerpo, ayudando a prevenir y combatir infecciones y enfermedades. Se ha demostrado que altas dosis de vitamina C pueden reducir la duración y gravedad de los resfriados comunes.
Por último, la vitamina C es necesaria para la producción de colágeno, una proteína importante que se encuentra en la piel, los ligamentos, los tendones y los huesos. Esta proteína ayuda a mantener la piel firme y elástica, y también es esencial para la cicatrización de heridas y la regeneración de tejidos.
¿Qué alimentos llevan más vitamina C?
Entre los alimentos que llevan más vitamina C se encuentran frutas como la naranja, limón, kiwi, fresa, papaya, piña, mango y guayaba. También son ricos en vitamina C los pimientos, tanto rojos como verdes, brócoli, coliflor, tomate, espinaca, col rizada y repollo.
Es importante resaltar que la vitamina C es sensible a la luz, al oxígeno y a los cambios de temperatura, por lo que se debe tratar de conservar estos alimentos en la refrigeradora o en un lugar fresco y oscuro.
¿Qué tipos de suplementos dietéticos de vitamina C existen?
En el mercado, existen distintos tipos de suplementos dietéticos de vitamina C disponibles. Entre ellos, se encuentran los suplementos en forma de comprimidos, cápsulas, polvos solubles, gummies, entre otros. Los comprimidos y cápsulas son los más comunes, y se presentan en distintas dosis que van desde los 500mg hasta los 1000mg. Los polvos solubles son una opción conveniente para aquellos que prefieren disolver el suplemento en su bebida o comida favorita. Los gummies, por otro lado, son una forma divertida y sabrosa de tomar la vitamina C, especialmente para aquellos que tienen dificultades para tragar comprimidos o cápsulas.
Además de los suplementos tradicionales, también existen suplementos con vitamina C combinados con otros nutrientes y antioxidantes, como la vitamina E, la vitamina B6 y el zinc. Estos suplementos tienen como objetivo aumentar el poder antioxidante del cuerpo y evitar la oxidación celular.
También se puede encontrar vitamina C en forma de cremas y serums para la piel, diseñados para mejorar el aspecto saludable de la piel y reducir los signos del envejecimiento, así como también para tratar el acné.
¿Es posible tomar demasiada vitamina C?
En general, la vitamina C es segura en dosis moderadas y no se considera tóxica. Aunque es una vitamina soluble en agua, lo que significa que el exceso se excreta a través de la orina, se ha demostrado que el consumo de dosis extremadamente altas puede causar efectos secundarios desagradables.
El consumo crónico de altas dosis de vitamina C puede reducir la absorción de otros nutrientes importantes, como la vitamina B12 y el hierro. Para evitar esto, es importante no exceder la dosis diaria recomendada y obtener la vitamina C a través de una dieta equilibrada y variada.
¿Qué ocurre si no consumo suficiente vitamina C?
Si el consumo de vitamina C es insuficiente, el cuerpo no puede producir suficiente colágeno, lo cual puede causar problemas en la piel, tejidos conjuntivos y huesos. Además, la vitamina C es necesaria para el sistema inmunológico, ya que ayuda a combatir infecciones y enfermedades. Por lo tanto, si se consume poco de esta vitamina, el cuerpo puede ser más susceptible a las enfermedades y tardar más en recuperarse de una.
La falta de vitamina C también puede afectar negativamente a la digestión. La vitamina es necesaria para el correcto funcionamiento de los tejidos de la mucosa, lo que ayuda a la absorción de calcio y otros nutrientes importantes. La deficiencia de vitamina C puede causar dolor abdominal, diarrea y otros problemas de digestión.
Otra consecuencia de la deficiencia de vitamina C puede ser la fatiga. La vitamina C ayuda a producir energía en el cuerpo, por lo que si se consume poco de esta vitamina, la fatiga y la debilidad pueden aparecer.
La falta de vitamina C también puede afectar de forma negativa la salud mental. La vitamina participa en la producción de neurotransmisores, que son esenciales para la comunicación entre las células del cerebro. Si se consume poco de esta vitamina, pueden aparecer síntomas de depresión, ansiedad e irritabilidad.