¿Qué es la estructura de capital de una empresa?
La estructura de capital de una empresa se relaciona con el dinero o la capitalización que dispone en su balance, el cual se utiliza para financiar sus operaciones y justificar sus activos, gastos, y deudas.
Aunque puede variar de tamaño según el sector, la estructura de capital de una empresa es importante para todo tipo de compañías, desde las empresas familiares y cooperativas que administran sus finanzas en forma de ingresos y gastos, hasta las grandes empresas internacionales que cotizan en bolsa. Por lo general, los inversores y economistas clasifican el capital de una empresa en dos campos: acciones o participaciones, y deuda.
Desde el punto de vista jurídico, las empresas en España presentan, fundamentalmente, dos formas:
- Las Sociedades de Responsabilidad Limitada (SL), las cuales no necesitan de un elevado capital para constituirse, participan pocos socios, y su responsabilidad está limitada a una serie de cautelas legales.
La estructura SL es uno de los modelos empresariales más comunes entre las PYMES, las cuales suman casi 3 millones en España y el 97% de las empresas constituidas en nuestro país. La Ley Crea y Crece, aprobada a finales de septiembre, introduce numerosas novedades para montar un negocio como rebajar a 1 euro el capital social necesario para constituir una empresa SL, frente a los 3.000 euros anteriores. También simplifica muchos trámites regulatorios con una ventanilla única telemática e impulsa la financiación alternativa; como el crowdfunding y la entrada de inversores minoristas en los fondos de capital riesgo.
- En las Sociedades Anónimas, por su parte, el capital social aportado para su fundación está dividido en acciones. La transmisión de estas acciones es libre, y el aporte mínimo es de 60.000 euros para poder inscribirse en el Registro Mercantil. Es la estructura utilizada por las grandes empresas españolas, muchas de las cuales cotizan en bolsa.
Con respecto a la estructura de capital de las empresas, lo más común es que esté dividido en acciones o participaciones. Los accionistas son las personas físicas o los inversores institucionales titulares de estas acciones, ya sea de una sociedad anónima que cotiza en el mercado público o cuyo capital es privado.
Capital público
Las acciones de estas empresas empiezan a cotizar en los mercados públicos bursátiles mediante Ofertas Públicas de Venta (IPO, en inglés). Para las empresas es una forma de abaratar su fuente de financiación, obtener una valoración en el mercado, aumentar su prestigio, y disponer de efectivo para acometer alguna expansión.
Los requisitos normativos, regulatorios e informativos son mucho más exigentes y estrictos para las cotizadas, por lo que se considera que este tipo de empresas son mucho más transparentes con sus accionistas y clientes. Existen casos de PYMES y empresas familiares españolas, que tras décadas de crecimiento terminaron saliendo a bolsa y ahora cotizan en el Ibex 35, índice que reúne a las 35 empresas con mayor capitalización bursátil en España.
Capital privado
El capital privado se relaciona con los inversores externos de las empresas, ya sean fondos de inversión de capital riesgo, ángeles inversores, o inversores institucionales, entre los más habituales. El coste de la financiación y de la inversión suele ser más alto que en los mercados públicos, pero a cambio se involucran normalmente en hacer crecer a las empresas mediante asesores y recomendaciones.
A cambio, el capital privado obtiene un porcentaje de las acciones de la empresa o una participación mayoritaria.
Fondos de inversión de capital riesgo
Los más habituales son los Private Equity (PE) y Venture Capital (VC). Están pensados como vehículos de inversión especializados en el mercado privado, con capacidad para entrar y salir del capital de las empresas rápidamente. Son fondos de inversión que buscan oportunidades de negocio en empresas especializadas: internalizándolas, aumentado su portafolio de productos o servicios, o integrándolas con otras empresas mediante fusiones y adquisiciones (M&A).
Por lo general, este tipo de operaciones duran entre seis y ocho años, pero dependiendo del sector y de las necesidades de los inversores puede reducirse.
Ángel inversor
Un ángel inversor (o business ángel, en inglés) es normalmente un inversionista privado con dinero líquido o un gran patrimonio, que apoya algún sector emergente o detecta oportunidades de inversión en el ecosistema de los emprendimientos y las startups.
A diferencia de los fondos de capital riesgo, que se nutren del dinero aportado por los inversiones institucionales, los ángeles inversores suelen ser personas que toman sus propias decisiones para colocar y diversificar su capital en el mercado privado.
Incubadoras y aceleradoras de capital
En los últimos años, las incubadoras y aceleradoras de capital se han convertido en otro de los vehículos de financiación más habituales de emprendimientos, startups, y todo tipo de negocios. Aunque no existe grandes diferencias entre incubadoras y aceleradoras, las primeras se relacionan con los espacios físicos, universidades y escuelas de negocios, y fondos que ayudan a las startups a dar sus primeros pasos.
En cambio, las aceleradoras se componen de grandes empresas que desarrollan sinergias con startups especializadas, capaces de ofrecer soluciones innovadoras para su sector. Es el caso de Wayra de Telefónica; el programa Perseo, de Iberdrola; Lanzadera, del grupo Mercadona; Google for Startups, el Fondo de Emprendedores de la Fundación Repsol, y la iniciativa BStartup del Banco Sabadell, entre muchas otras.
El cambio de paradigma de las empresas y los nuevos modelos de negocio en una economía más digital, social y tecnológica serán algunos de los grandes temas de debate en Grex World Congress. Un espacio de encuentro para el ecosistema empresarial.