25 marzo 2025

La historia de "La maja vestida" y "La maja desnuda". Misterios y polémicas

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La obra de Francisco de Goya ha sido motivo de innumerables debates, análisis y controversias a lo largo de los siglos, y entre sus creaciones más enigmáticas destacan "La maja vestida" y "La maja desnuda".

Estos dos retratos, que en apariencia difieren únicamente por la presencia o ausencia de vestiduras, esconden en su interior una compleja red de significados, simbolismos y teorías acerca de la identidad de la modelo, el contexto social y las intenciones artísticas de su autor.

A lo largo de este artículo se analizarán desde sus orígenes hasta su legado en el arte y la cultura, explorando cada aspecto que las hace únicas y misteriosas.

Orígenes y encargo de las obras

El origen de "La maja desnuda" y "La maja vestida" se enmarca en un período convulso de la historia de España, donde el ambiente político y social se encontraba inmerso en tensiones propias del Antiguo Régimen. Se cree que ambas obras formaron parte de un encargo privado, en un momento en el que Goya ya se había consolidado como uno de los artistas más importantes de su tiempo. La obra presenta una dualidad intrigante, pues por un lado se percibe la audacia y la libertad en la representación del desnudo femenino, y por otro, la discreción y el pudor al vestir a la misma figura en otra versión.

Este encargo ha sido objeto de múltiples interpretaciones: algunos historiadores sostienen que las pinturas fueron creadas para un círculo íntimo y exclusivo, mientras que otros sugieren que pudieron haber sido destinadas a un coleccionista que deseaba disfrutar de ambas perspectivas del mismo ideal femenino. En cualquier caso, el misterio en torno a la identidad de la modelo y la función exacta de estas obras ha contribuido a que se convirtieran en emblemas de una España en transformación, en la que los límites entre lo público y lo privado, lo aceptable y lo prohibido, eran materia de constantes disputas.

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Análisis de "La maja desnuda"

Fecha, técnica y dimensiones

Se estima que "La maja desnuda" fue realizada en torno a 1797, en pleno auge de la carrera de Goya, quien exploraba nuevos horizontes en cuanto a la representación de la figura humana. La técnica utilizada es la pintura al óleo, en la que el artista demostró una maestría notable en el manejo de la luz y el color para dotar de vida a una figura que, pese a su desnudez, transmite una sensación de intimidad y seguridad. Las dimensiones de la obra –aproximadamente 97 x 190 centímetros– refuerzan su carácter imponente, invitando al espectador a adentrarse en un diálogo silencioso con el sujeto representado.

Análisis de la composición y el color

La composición de "La maja desnuda" se destaca por su naturalidad y por la forma en que Goya logra equilibrar la figura femenina con el espacio que la rodea. La paleta de colores, dominada por tonos tierra y matices sutiles, crea una atmósfera cálida y casi onírica, en la que la piel de la maja parece fundirse con un fondo ambiguo y nebuloso.

El tratamiento de la luz, que acaricia y modela cada pliegue y curva, confiere a la obra una sensación de intimidad y confidencialidad. Cada pincelada parece deliberadamente orquestada para resaltar la dualidad entre la crudeza de la realidad y la idealización del cuerpo femenino.

Comparación con otros desnudos femeninos

A diferencia de otros desnudos femeninos de la época, donde la figura era idealizada y enmarcada dentro de cánones clásicos, "La maja desnuda" se presenta con una naturalidad y una sensualidad que resultaron subversivas para el gusto estético del momento. Mientras que en el Renacimiento el desnudo era objeto de admiración por su perfección formal, Goya apuesta por una representación más realista, casi desprovista de la idealización excesiva, lo que ha dado pie a comparaciones con obras posteriores que romperían con el molde académico.

Esta innovación técnica y temática marcó un antes y un después en la forma de abordar el cuerpo femenino en la pintura, evidenciando la capacidad del artista para fusionar el arte y la crítica social en un mismo trazo.

Análisis de "La maja vestida"

Fecha, técnica y dimensiones

"La maja vestida" se sitúa cronológicamente en una época muy próxima a la creación de su contraparte desnuda, lo que refuerza la teoría de que ambas obras fueron concebidas como dos visiones complementarias de un mismo ideal. Al igual que en "La maja desnuda", Goya utiliza la técnica del óleo, demostrando un dominio exquisito en el manejo de los matices y la textura. Aunque las dimensiones son similares a las de la obra desnuda, la inclusión de la vestimenta no solo altera la percepción del cuerpo, sino que también invita a reflexionar sobre el simbolismo de la presentación y el decoro en la sociedad española del siglo XVIII.

Similitudes y diferencias con "La maja desnuda"

Ambas obras comparten elementos estructurales y estéticos que evidencian la intención del artista de explorar dos caras de la misma moneda. En "La maja vestida" se mantiene la mirada penetrante y la pose relajada de la modelo, rasgos que caracterizan la obra desnuda. Sin embargo, la presencia de la vestimenta añade una capa de complejidad simbólica: mientras que el desnudo enfatiza la naturalidad y la libertad, la ropa actúa como un velo que invita a la interpretación sobre los límites impuestos por la moral y la costumbre.

El simbolismo de la vestimenta

La vestimenta de la maja, lejos de ser un simple adorno, se convierte en un elemento cargado de simbolismo. En la cultura española, el traje y la vestimenta han sido tradicionalmente portadores de mensajes sobre la identidad, el estatus social y la modestia. La elección de Goya de representar a la misma figura en dos estados –vestida y desnuda– puede interpretarse como una reflexión sobre la dualidad inherente al ser humano y sobre la tensión entre lo público y lo privado. La prenda, además de ocultar el cuerpo, sugiere una capa de misterio que invita al espectador a cuestionar las convenciones sociales de su tiempo y a replantear el papel del arte en la denuncia de las hipocresías.

¿Quién fue la modelo? Teorías y especulaciones

La duquesa de Alba: mito o realidad

Uno de los aspectos más fascinantes y debatidos en torno a estas obras es la identidad de la modelo. La hipótesis más popular sostiene que la figura retratada podría corresponder a la duquesa de Alba, una mujer emblemática de la alta sociedad española, conocida tanto por su belleza como por su carácter audaz.

Esta teoría se ha alimentado de anécdotas y documentos históricos que sugieren una relación cercana entre la familia Alba y Goya, aunque la falta de pruebas concluyentes ha mantenido el debate abierto. La figura de la duquesa se ha transformado, en el imaginario popular, en un símbolo de la nobleza y del misterio, lo que confiere a la obra un aura de leyenda.

Otras hipótesis sobre la identidad

Además de la teoría que vincula a la modelo con la duquesa de Alba, existen diversas hipótesis que proponen identidades alternativas. Algunas investigaciones sugieren que podría tratarse de una cortesana o incluso de una creación puramente simbólica, que personifica la sensualidad y la libertad femenina en contraposición a los rígidos cánones de la sociedad de la época.

Estas especulaciones han sido alimentadas tanto por el análisis iconográfico de las obras como por la ambigüedad que Goya imprimía en sus retratos, lo que permitía múltiples lecturas y significados. En cualquier caso, la incertidumbre en torno a la identidad de la modelo contribuye a perpetuar el aura enigmática que rodea a estas piezas, invitando a generaciones de estudiosos y amantes del arte a redescubrir sus secretos.

Escándalo y censura en la España del siglo XIX

El proceso inquisitorial contra Goya

La recepción de "La maja desnuda" y "La maja vestida" no estuvo exenta de controversia. En la España del siglo XIX, la estricta moral y la censura impuestas por la Inquisición hicieron que la representación del cuerpo desnudo fuese considerada un acto subversivo y provocador. Goya, que ya había sido objeto de críticas y persecuciones por sus obras más polémicas, se encontró en el centro de un proceso inquisitorial que pretendía explicar y reprimir lo que se consideraba una afrenta a los valores tradicionales.

La acusación no solo recaía sobre el contenido explícito de la obra, sino también sobre la audacia del artista al cuestionar las normas establecidas y al desafiar los límites del decoro artístico.

Goya, entre la Ilustración y la crisis del Antiguo Régimen

El contexto en el que se gestaron estas obras es fundamental para comprender su impacto y su posterior recepción. Por un lado, la influencia de la Ilustración se hacía notar en el cuestionamiento de las antiguas estructuras sociales y en la búsqueda de una nueva libertad de expresión; por otro, la crisis del Antiguo Régimen evidenciaba el choque entre la modernidad y las tradiciones arraigadas.

Goya se posicionó en medio de este debate, utilizando el arte como medio para explorar y exponer las contradicciones de su tiempo. La representación de la figura femenina en sus dos modalidades –desnuda y vestida– puede interpretarse como un reflejo de la tensión entre la libertad individual y las restricciones impuestas por la sociedad, haciendo de su obra un antecedente directo de las corrientes artísticas revolucionarias que se desarrollarían en el siglo siguiente.

El cambio en el arte y la influencia en su obra

El legado de Goya trasciende la mera polémica que sus obras desataron en su tiempo. La evolución de su estilo, marcada por una constante búsqueda de la verdad y la expresión sincera de las emociones, abrió la puerta a una transformación radical en el mundo del arte. Su capacidad para plasmar la complejidad del alma humana y para cuestionar las convenciones establecidas inspiró a generaciones de artistas posteriores, quienes encontraron en su obra un modelo de integridad y originalidad.

La transformación que se aprecia en sus trabajos –desde los retratos formales hasta las escenas más cargadas de simbolismo y crítica social– ha sido interpretada como un reflejo de los profundos cambios que se vivieron en la sociedad europea a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

Legado y reinterpretaciones en el arte y la cultura

Influencia en la pintura posterior

El impacto de "La maja vestida" y "La maja desnuda" en la historia del arte es innegable. Estas obras han sido fuente de inspiración para numerosos pintores que, en diferentes momentos y contextos, han retomado el tema del desnudo femenino para reinterpretarlo a la luz de nuevas sensibilidades. En la transición hacia el Romanticismo y, posteriormente, en el desarrollo del modernismo, se puede rastrear la influencia de sus innovaciones estilísticas y temáticas, que abrieron caminos para la experimentación y la libertad creativa en el lienzo.

Las majas en el cine, la fotografía y la moda

El legado de las majas no se limita únicamente al ámbito pictórico, sino que ha trascendido a otras áreas de la cultura y el arte. En el cine, la imagen de la maja ha sido evocada en diversas ocasiones para simbolizar la dualidad entre la pasión y la censura, la libertad y la represión. Directores y guionistas han retomado la figura para explorar temas universales como la identidad, el deseo y la lucha contra los estereotipos. En el ámbito de la fotografía, tanto la estética como el simbolismo de las majas han sido objeto de reinterpretaciones que reafirman su vigencia en el imaginario colectivo.

Asimismo, la moda ha encontrado en la imagen de la maja una fuente inagotable de inspiración, adoptando elementos de su vestuario y su actitud para transmitir conceptos de elegancia, rebeldía y sensualidad. De este modo, Goya no solo dejó un legado artístico, sino también un patrimonio cultural que sigue dialogando con las nuevas generaciones a través de distintas expresiones creativas.

En definitiva, "La maja vestida" y "La maja desnuda" se erigen como testimonios de una época marcada por la contradicción y el cambio. La valentía de Goya para desafiar las convenciones de su tiempo y para plasmar en sus obras la complejidad del ser humano ha hecho que estas pinturas continúen generando asombro y admiración. A través de cada trazo y cada matiz, el artista invita al espectador a cuestionar lo evidente y a explorar los límites entre la realidad y la ficción, entre la libertad y la represión. El diálogo incesante que mantienen ambas obras con el paso del tiempo es, sin lugar a dudas, uno de los grandes legados del genio gaditano, que supo transformar el arte en un instrumento de reflexión, crítica y, sobre todo, de libertad.

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