Entre la rentabilidad y el servicio al cliente, el nuevo paradigma del sector veterinario en España
Desde hace unos pocos años, en España, el sector veterinario está viviendo una transformación significativa debido a la entrada de grandes corporaciones financiadas por fondos de inversión internacionales
Este cambio responde al creciente interés de estas empresas por un mercado en expansión, impulsado por la adopción de animales de compañía como miembros de la familia en un contexto de descenso en la natalidad. Este fenómeno, que comenzó a raíz de un informe de Morgan Stanley sobre el potencial económico del sector, en el que afirma que el sector va a crecer a un 8% anual de media, ocurra lo que ocurra en el contexto mundial (haya guerras o catástrofes). Es un proceso que se aceleró durante la pandemia y sigue en auge.
Estas corporaciones, que ya dominan el 60% del mercado en el Reino Unido, han replicado su modelo en España adquiriendo clínicas veterinarias de alto rendimiento, muchas veces sin que los clientes sean conscientes. Los grandes grupos no solo están comprando clínicas, sino también pet shops, bancos de sangre, incineradoras, laboratorios... todo.
Aunque sólo el 6% de las clínicas españolas pertenece a estos grandes grupos, su impacto es mucho mayor ya que generan un porcentaje significativo de los ingresos del sector. Esto se debe a que compran los centros mejor equipados y los modernizan, algo que los veterinarios autónomos difícilmente pueden permitirse.
El mercado de animales de compañía en España está en auge: hay más de 9 millones de perros y 7 millones de gatos en los hogares, además de otras especies como aves, peces y roedores. Muchas parejas jóvenes urbanas, conocidas como pet parents, invierten cada vez más en el bienestar de sus animales de compañía. Este cambio ha llevado a un aumento notable en el gasto familiar destinado a servicios veterinarios, que facturaron 2.613 millones de euros en 2022, un crecimiento de mil millones respecto a 2013. Las previsiones apuntan a que la facturación alcanzará los 3.800 millones de euros en 2030.
Sin embargo, el modelo corporativo trae consigo desafíos. En el Reino Unido, donde estas empresas están más consolidadas, los precios han subido drásticamente, y se han denunciado prácticas controvertidas como la recomendación de tratamientos innecesarios y la derivación de diagnósticos a laboratorios que pertenecen al mismo grupo empresarial.
La Autoridad de Mercados y Competencia (CMA) del Reino Unido ha iniciado una investigación que incluye testimonios de 40.000 responsables de animales de compañía y 16.000 veterinarios. Entre las conclusiones preliminares destacan la opacidad en los precios y el uso de la reputación construida por veterinarios locales para aumentar los beneficios, lo que ha generado tensiones entre los clientes y las corporaciones.
En España, aunque el impacto aún es menor, los precios de los servicios veterinarios ya eran altos debido al IVA del 21%, que los clasifica como artículos de lujo. Este impuesto contradice las políticas de bienestar animal que promueven la adopción y tenencia responsable de animales de compañía.
Además, la nueva legislación exigirá un seguro obligatorio para cubrir daños a terceros, aunque actualmente solo el 5% de los responsables cuenta con un seguro médico para sus animales. Los seguros, además, presentan limitaciones, especialmente para animales de compañía mayores de 9 años, cuando los gastos médicos suelen aumentar considerablemente.
La entrada de las grandes corporaciones también ha afectado al empleo en el sector. Veterinarios que antes eran autónomos ahora trabajan como empleados asalariados con sueldos bajos y largas jornadas laborales. España, a pesar de ser uno de los países europeos con más veterinarios (37.000), enfrenta precariedad en esta profesión, donde los ingresos no se corresponden con el crecimiento del mercado.
Otro factor relevante es el aumento de la esperanza de vida de los animales de compañía gracias a avances médicos. Perros y gatos viven, de media, entre un 5% y un 10% más que hace una década, lo que incrementa los gastos en tratamientos. Medicamentos como anticuerpos monoclonales para artrosis, quimioterapia y procedimientos dentales se han popularizado, encareciendo aún más la atención veterinaria. Aunque mejoran la calidad de vida de los animales de compañía, estos tratamientos generan dilemas económicos y emocionales para los responsables, quienes a menudo deben decidir entre asumir altos costos o recurrir a la eutanasia.
En resumen, la transformación del sector veterinario en España, impulsada por grandes corporaciones, presenta tanto beneficios como desafíos. Por un lado, mejora la calidad de los servicios y moderniza las clínicas; por otro, incrementa los costos, genera tensiones en los precios y afecta la sostenibilidad económica para responsables y veterinarios. A medida que este modelo se consolida, será crucial encontrar un equilibrio entre la rentabilidad de las corporaciones y la accesibilidad para los clientes.
Fuentes: ABC / Carlos Manuel Sánchez y VetSolutions Consultores.