La importancia de la RSC en la política de marca del sector del animal de compañía
El sector del animal de compañía se ha consolidado como uno de los más activos en la aplicación, creación y difusión de políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), mostrando así su compromiso con las personas, los animales y el medio ambiente.
Las empresas de este sector, que abarca alimentos (pet food), accesorios, productos de salud y servicios veterinarios para animales de compañía, han optado por incluir en sus estrategias corporativas diversas iniciativas sociales que no solo demuestran sus valores éticos, sino que también les permiten conectar profundamente con su audiencia. Este compromiso con la RSC va más allá de los productos, ya que busca posicionar a estas marcas como actores sociales responsables, comprometidos con el bienestar animal, la inclusión, y la tenencia responsable de animales de compañía, valores que resuenan ampliamente entre sus clientes y en la sociedad actual.
Las actividades de RSC en el sector pet care abarcan un amplio abanico de iniciativas. Desde donaciones a protectoras de animales hasta programas de adopción, estos gestos no solo refuerzan la percepción de marca ante el mercado, sino que construyen un relato genuino en torno a la empresa como promotora de cambio social. Es una narrativa que se centra en proteger a los animales y en desarrollar un comercio ético, donde primen las buenas prácticas. Por ejemplo, al colaborar con criadores responsables o con protectoras públicas y privadas, las marcas no solo incrementan su visibilidad, sino que también transmiten un mensaje claro sobre la importancia de adoptar en lugar de comprar, apoyando activamente la reducción del abandono animal y fomentando la tenencia responsable.
En este sector, las grandes empresas han logrado establecer alianzas estratégicas de largo plazo con diversas entidades que les permiten extender sus esfuerzos de RSC y contribuir al impacto positivo en sus comunidades. Algunas colaboran con organizaciones de perros de asistencia, que entrenan animales para acompañar a personas con discapacidad; otras apoyan eventos deportivos o culturales que tienen como objetivo educar al público sobre el cuidado de los animales de compañía y el respeto animal. Este tipo de colaboraciones no solo amplían el alcance de la marca en diversos contextos sociales, sino que también refuerzan la creación de una comunidad de usuarios que comparten los mismos valores y que se sienten identificados con el propósito de la empresa.
La importancia de estas acciones es clave para captar y fidelizar clientes, quienes, cada vez más, priorizan el componente ético en sus decisiones de compra. Los consumidores de productos para animales de compañía no buscan únicamente calidad y funcionalidad en lo que compran, sino que también desean asociarse a marcas con un propósito ético y social, donde se respete el bienestar animal y se promueva su tenencia responsable. Este enfoque emocional crea un canal de comunicación auténtico entre la empresa y su audiencia, donde ambas partes pueden dialogar y construir una relación de confianza y empatía.
La RSC en el sector pet care se ha convertido en un valor estratégico que potencia la percepción de marca, definiendo valores y proyectando una imagen que va más allá del producto. Las acciones en RSC permiten a las empresas destacar en un mercado altamente competitivo y responder a las expectativas de una base de consumidores que se involucra cada vez más en causas sociales y medioambientales. En conclusión, la RSC no solo beneficia a la marca, sino que impacta directamente en la sociedad, y representa un pilar fundamental para las marcas que desean construir un legado positivo, sostenible y responsable en el ámbito del cuidado animal.