¿Qué son las comunidades energéticas?
La Agenda 2030 tiene como uno de sus principales objetivos la consecución de una energía asequible y no contaminante. A raíz de la proposición de dicha meta, nacen nuevas formas de asociación con el objetivo de llegar a generar energía de manera descentralizada que no comporte un efecto negativo en el planeta.
El futuro de la energía es uno de los grandes debates sobre innovación tecnológica. En el horizonte aparece un nuevo mundo en el que resulta obligatorio producir energía de manera sostenible. Hoy en día, el consumo de energía representa alrededor del 60% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Por eso, surge la idea de crear comunidades energéticas. Esta manera de asociación significa un nuevo modo de generar, usar y gestionar la energía a nivel local a través de la cooperación de diferentes agentes. Así, la ciudadanía, las administraciones y las pequeñas empresas contribuyen a la creación de un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo, con el objetivo de acabar con las grandes asociaciones que cuentan en su haber con el poder que supone la generación de energía.
Los objetivos del mañana, que son imprescindibles para hoy, abren un nuevo sistema de producción de energía independiente y automático marcado por el impacto de los gases de efecto invernadero. Un claro ejemplo de análisis tendrá lugar del 14 al 16 de junio en el seno de Global Mobility Call. Este espacio servirá, a través de sus foros temáticos, para encontrar soluciones para la producción limpia de energía.
Las comunidades energéticas, un futuro seguro
En los últimos años la potencia instalada de tecnologías de generación renovable se ha incrementado de forma exponencial y, según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), se estima un crecimiento continuo hasta el año 2050. El objetivo de la Unión Europea es alcanzar la neutralidad climática para el año 2050, en cumplimiento del Acuerdo de París adoptado en diciembre de 2015 por las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático y ratificado por España en el 2017. En diciembre de 2020, el Consejo Europeo refrendó un nuevo objetivo de emisiones para 2030 de al menos un 55% con respecto a los valores de 1990.
En todas las opciones de descarbonización se considera fundamental otorgar a los consumidores independencia frente al sector energético tradicional aumentando la competitividad de los autogeneradores. Aquí, en la previsión a futuro, entra en juego la disyuntiva de las comunidades energéticas que constituyen una de las mejores vías de innovación para frenar el impacto de las emisiones en el medioambiente a la hora de generar energía.
¿Cuáles son los requisitos para crear una comunidad energética?
La figura de comunidad energética fue introducida por las Directivas 2018/2001 y 2019/944 del Parlamento Europeo y del Consejo. Para que se reconozcan como tal, deben ser entidades jurídicas basadas en la participación abierta y voluntaria, autónomas y efectivamente controladas por sus socios o miembros, que pueden ser personas físicas, pymes o autoridades locales, incluidos los municipios.
Además, pueden participar en la generación, distribución, suministro, consumo, agregación, y almacenamiento de energía, entre otros. Su finalidad primordial es la de proporcionar beneficios medioambientales, económicos y sociales a sus socios o miembros en las zonas donde opere, en lugar de ganancias financieras.
Comunidades energéticas en España
En el ordenamiento jurídico español, el Real Decreto 244/2019, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica, estableció el régimen jurídico del autoconsumo colectivo, que consideramos como una de las formas jurídicas que puede revestir una comunidad energética.
Para la implementación de un proyecto de comunidad energética es imprescindible contar con un equipo técnico y jurídico pluridisciplinar especialista en la materia.
El autoconsumo, una proposición para la energía limpia
El autoconsumo se ha desbordado en los últimos meses. El incremento de costes en la factura de la luz motiva a que los pequeños pagadores opten por generar la propia energía que gastan. En España, este sector alcanzó en España los 1.150 megavatios instalados en autoconsumo en 2021.
A esto ha contribuido, entre otros motivos, la guerra en Ucrania, el encarecimiento del gas, las ayudas e incentivos de las administraciones y la campaña para impulsar la autogeneración. Los altos precios de la luz hacen que la amortización de la instalación haya pasado de siete a dos años, aunque la media es de unos cuatro cuando los costes energéticos se estabilicen. De esta manera, se pueden alcanzar un ahorro de entre el 40 y el 80% de la factura mediante la utilización de instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo.
Las soluciones del IDAE para la nueva energía
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía ha impulsado una campaña para la creación de nuevas comunidades energéticas. Este programa de ayudas persigue el ahorro económico de muchas familias, especialmente para las más vulnerables, pudiendo hacer frente a la pobreza energética.
Además, evita la dependencia sobre las compañías eléctricas tradicionales. Así, pretende hacer frente a las dificultades a la que se enfrentan estas comunidades, como recaudar finanzas por adelantado de los ciudadanos, pymes o autoridades locales, la falta de marco normativo definido entre otras.