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14 junio 2022

Entrevista a Rana Adib, Directora Ejecutiva de REN21

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ES Español
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La transición del transporte no es posible sin la transición energética, y la transición energética no es posible sin la transición del transporte. Global Mobility Call es, en esencia, una oportunidad para unir a las comunidades de la movilidad sostenible y de la energía renovable, reforzar los puentes y avanzar en el liderazgo intelectual.

REN21, como la única comunidad global de energías renovables que aúna a actores del mundo de la ciencia, de gobiernos, de ONG y de la industria, está en el núcleo de la transición del transporte. El objetivo de REN21 es permitir que los que toman las decisiones hagan que el cambio a las energías renovables tenga lugar ahora. Su experiencia sobre lo que está sucediendo en el sector de las energías renovables y sobre cómo las últimas tendencias van a afectar a los futuros desarrollos, hace de REN21 una fuerza esencial en la transformación de la movilidad global. Su Directora Ejecutiva, Rana Adib, ha compartido su punto de vista sobre la movilidad y las energías renovables y sobre cómo se interrelacionan ambas para lograr un cambio profundo y positivo.

1.- ¿Qué huella de carbono tiene el transporte en todo el mundo y cuál es el potencial de reducción de emisiones de que el transporte funcione con energías renovables?

La huella de carbono del sector del transporte es realmente muy importante. El transporte es responsable del 24 % - 21 % de las emisiones de CO2, y una gran parte corresponde al transporte por carretera: el 15 %. Lo realmente importante es, en esencia, reducir el uso del transporte, por ejemplo, andando o usando la bici, el transporte público, el tren, etc. Pero la realidad es que, aunque esto reduzca el consumo, seguirá habiendo demanda de energía. Aquí, lo fundamental es cubrir esa demanda con energías renovables, porque si no, no vamos a descarbonizar completamente el sector del transporte. La cantidad de energía que consumimos en el transporte es muy significativa. Representa el 32 % de la demanda energética total. El gran reto es que en la actualidad depende en gran medida de los combustibles fósiles y las energías renovables apenas representan el 3,7 %.

La pregunta ahora es, ¿es factible pasarse a las energías renovables? Y sí que lo es, puesto que ya hay una clara tendencia hacia la electrificación y, hoy en día, la electricidad renovable es la opción más económica. Es tecnológica y económicamente factible, y tiene muchas ventajas medioambientales y sociales. En lo que respecta a otros sectores, como el transporte marítimo y el aéreo, por ejemplo, el reto es aún mayor. Pero la realidad es que también hay soluciones tecnológicas para ello. Los biocombustibles, como no, que hoy ya representan la mayor parte de las energías renovables en el transporte, pero también los combustibles sintéticos basados en la electricidad renovable.

2.- ¿Qué recursos tenemos al alcance de la mano para un rápido desarrollo de las renovables para la movilidad? ¿Dónde podemos sacar el máximo partido, rápidamente?

En cuanto a las energías renovables para la movilidad, lo que tenemos más a mano es todo lo que esté basado en la electricidad renovable, que hoy en día la opción de menor coste. Ya es un estándar tecnológico y está ampliamente disponible. Hablamos de movilidad eléctrica, ya sean flotas o autobuses, vehículos de dos o tres ruedas, o trenes eléctricos. Están al alcance de la mano. Lo importante es que las políticas estén claramente dirigidas tanto a las flotas de transporte público como a las comerciales, ya que pueden crear mercados reales, no solo para la movilidad eléctrica, sino también para la electricidad renovable, con lo que se aceleraría su desarrollo.

Desde una perspectiva global, es evidente que el mayor beneficio es reducir las emisiones de CO2. Luchamos contra el cambio climático, pero también estamos construyendo una infraestructura energética resiliente, lo que implica infraestructuras de transporte y soluciones de movilidad resilientes.

Entrevista con Rana Adib, Executive Director REN21

3.- ¿Qué beneficios aportará a los ciudadanos y la economía?

Hay un beneficio global, que es reducir las emisiones de CO2, pero también construir una infraestructura resiliente al clima para la energía y el transporte. Esto es evidente. Lo verdaderamente interesante es que pasarse a las energías renovables también tiene claras ventajas locales y económicas. A nivel local, el beneficio es reducir la contaminación aérea, ya que los motores de combustión interna, que funcionan con combustibles fósiles, son los responsables de esta contaminación. Cambiar a la movilidad eléctrica, en especial a la basada en energías renovables, reducirá el impacto de la contaminación aérea local. En especial con la crisis energética actual, vemos que la electricidad renovable y las energías renovable pueden proporcionar un combustible seguro y efectivo que ya se está usando en el transporte. Pasarse a la opción más económica, que también tiene un coste estable, es evidente que ofrece beneficios económicos a los operadores de flotas y que pueden trasladarse a los usuarios.

4.- ¿Qué políticas clave tienen que implementar los países para acelerar la transformación hacia un transporte sostenible?

Muy sencillo, lo que hace falta es una fuerte colaboración e integración de las políticas que están avanzando en las transiciones de energía y movilidad. Esta sería la primera parte y solo puede hacerse realidad con una política y un marco normativo que impulse la electrificación del transporte, pero que, al mismo tiempo, garantice que la electricidad que consumimos provenga de fuentes de energía renovables.

La otra parte es la necesidad de acompañar al sector privado para que también participe en esta transición. A día de hoy y desde el punto de vista económico, la realidad es que la electricidad renovable es la opción más barata, sin embargo, muchos países todavía subvencionan los combustibles fósiles. En consecuencia, es fundamental la contratación pública, tanto a nivel gubernamental como municipal, para crear demanda y que la industria se implique en el avance del transporte sostenible.

5.- ¿Hasta qué punto es importante que haya una fuerte colaboración entre los gobiernos y las empresas privadas? Y, en este sentido, ¿qué papel juegan las reuniones globales como Global Mobility Call en el avance de la movilidad sostenible?

Cuando hablamos de la transición de la movilidad o de la transición energética, estamos hablando de profundos cambios estructurales. En última instancia, se trata de elecciones sociales, por lo que estos cambios requieren la aceptación de la sociedad. Esto solo se puede garantizar si se cuenta, no solo con el compromiso de los gobiernos, en todos sus niveles, sino también del sector privado, de los ciudadanos y de la sociedad civil en general. Creo que lo realmente interesante de las reuniones globales como la Global Mobility Call de junio o como la Conferencia Internacional de Energías Renovables, que también tendrá lugar en España en febrero del próximo año, es que permiten juntar a la mesa a las diferentes partes interesadas para intercambiar las distintas perspectivas, identificar los puntos en común y descubrir las oportunidades de colaboración, lo que tenemos al alcance de la mano, situaciones en las que todos ganan para acelerar realmente la transición, para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Es importante no olvidar que la transición del transporte no es posible sin la transición energética, y que la transición energética no es posible sin la transición del transporte. Se trata, en esencia, de una oportunidad para unir a las comunidades de la movilidad sostenible y de la energía renovable, reforzar los puentes y avanzar en el liderazgo intelectual.