¿Cuánta autonomía tienen los coches eléctricos?
En este artículo vamos a conocer cuál es la autonomía de la que disponen los coches impulsados por energía eléctrica y que factores ayudan a que sean más eficientes.
La nueva movilidad sostenible, que ejemplificará su desarrollo en Global Mobility Call, plantea diferentes cambios en los medios de transporte que conocíamos hasta ahora y que ya son una realidad para el común de la sociedad.
Por todo ello, los vehículos eléctricos se han establecido como una alternativa más real que nunca. Junto a ello, el impulso promovido por las ayudas económicas en esta modalidad, provenientes de los fondos europeos NextGenerationEU, provocan el interés general en el transporte eléctrico para la movilidad actual y de futuro.
Si bien otro de los factores que impulsan este tipo de movilidad, es el cuidado del medio ambiente y la reducción del impacto de la huella de carbono. Ya que el transporte propulsado por combustible forma parte de una de las principales causas, como bien pudimos comprobar en el anterior artículo “cuáles son las causas del cambio climático”, que perjudican el medio ambiente. Es aquí donde los vehículos impulsados por energía eléctrica se convierten en un factor relevante, pero ¿cuántos kilómetros podemos recorrer con este tipo de coches?
Autonomía para todas las opciones
A la hora de elegir un vehículo, las opciones de motorización, extras o complementos van de la mano de las características y del uso que vaya a tener el coche. Dentro de ellas, la autonomía eléctrica será esencial.
Quizás sea la utilización para la que está pensado el coche uno de los factores más claves que marquen el devenir de su autonomía. Siendo los utilitarios compactos, aquellos que se utilizarán en el día a día para moverse en la ciudad en trayectos inferiores a 50 kilómetros, los que sitúan su independencia cercana a los 100 kilómetros. Es decir, más que suficiente para el uso por el cual han sido diseñados.
Por otro lado, nos encontramos con vehículos en formato berlina o SUV, que han sido creados para hacer kilómetros por carretera. En este caso, la autonomía varía algo más, aunque podemos hablar de un amplio abanico; entre 300 kilómetros hasta los casi 700 que ofrece algún vehículo de gama premium del mercado.
De este modo, la autonomía en los coches eléctricos es un dato variable en función de diferentes elementos, y son los vehículos premium los que han conseguido desarrollar una mayor independencia con una única carga. En esta gama, podemos encontrar diferentes estilos y marcas de coches que tienen una autonomía media de 600 kilómetros. Mientras que en una gama media, también con un amplio abanico de marcas generalistas, esta autonomía se situará algo por debajo, en torno a los 450 kilómetros.
Diversos factores que influyen en la autonomía
Esta independencia de los coches eléctricos estará condicionada por muchos elementos que se pueden agrupar en diferentes factores que derivados de la conducción, características externas y el confort en el interior del habitáculo.
También es importante remarcar que las pruebas para conocer la autonomía de un vehículo se realizan en un espacio industrial, a puerta cerrada, en la que miden la resistencia al giro en función de 22 niveles a una temperatura de entre 20 y 30 grados centígrados, sin que tenga oposición a viento o diferentes carreteras, unos elementos que pueden ser condicionantes para conseguir una mayor eficiencia en autonomía.
Modos de conducción
En la actualidad, la gran mayoría de coches que se venden en nuestro mercado, bien sean eléctricos o impulsados por combustible, incluyen diferentes modos de conducción con los que se podrá conseguir mayor eficiencia en el transporte.
Esta es una de las claves de la autonomía en los coches eléctricos, no será lo mismo consumir electricidad con un modo de conducción deportiva que con un modo ecológico. Este último siempre será más conservador a la hora de ofrecer toda la potencia al coche que utilizando un modo normal o sport.
La carretera puede marcar la diferencia
Otro factor que condiciona la autonomía de un vehículo impulsado por electricidad será la vía por la que este se conduzca. Seguramente se consumirá mayor carga conduciendo por una carretera en la que no se mantenga una velocidad constante, sino aceleraciones y frenadas. En una autopista, el consumo será también elevado, por las altas velocidades, aunque la mayoría de los fabricantes las limitan para evitar una rápida descarga. Por ello, la clave será una conducción eficiente y controlada.
Conducir por ciudad, es eficiente
En este caso, encontramos una diferencia clara entre el combustible y la carga eléctrica. Cuando los vehículos impulsados por gasolina o diésel circulan por ciudad, su consumo tiende a ser más elevados por alteraciones propias de la conducción. Sin embargo, entre los coches eléctricos se genera una mayor eficiencia. Esto es debido a la acumulación de energía que se produce en las frenadas y que contribuye a aumentar la batería del vehículo.
Confort dentro del habitáculo
La comodidad que llevamos dentro de nuestro propio coche también aumenta en el consumo de energía. El aire acondicionado es un condicionante del gasto eléctrico del coche, con el funcionando, la autonomía disminuye. Y lo mismo sucede con el gasto que produce la calefacción activada.
Los neumáticos, aún más importantes
Si hablamos de seguridad en nuestro vehículo, los neumáticos son imprescindibles. Si lo hacemos de autonomía o eficiencia, también lo son. Es por ello que diferentes fabricantes han comenzado a comercializar ruedas que, gracias a su diseño y materiales, son capaces de complementar las prestaciones de un vehículo eléctrico y ayudar a alargar la autonomía de un vehículo eléctrico.
En definitiva, la autonomía de un vehículo eléctrico constituye una variable que podrá aumentar o disminuir en función de los elementos que conforman toda la conducción que se vaya a realizar con cada coche.