Las nuevas tecnologías llegan al campo para ahorrar en la factura hídrica
España es uno de los países que sufre un mayor estrés hídrico de Europa, con buena parte de su territorio en riesgo de desertificación. Ante este preocupante escenario que deja el cambio climático, los operadores hortofrutícolas están llevando a cabo iniciativas que permitan reducir su huella hídrica y garantizarse el acceso al agua potable en los próximos años. Entre otras, destacan la implantación de nuevos sistemas de riego, la instalación de tecnologías digitales basadas en la agricultura de precisión, la automatización de fincas y el empleo de microorganismos que permitan reducir el consumo de agua.
España es uno de los países que sufre un mayor estrés hídrico de Europa, con buena parte de su territorio en riesgo de desertificación. Las previsiones climáticas realizadas por diferentes organismos vaticinan que las olas de calor y las sequías serán, además, más intensas y frecuentes. Ante este preocupante escenario que deja el cambio climático, los operadores hortofrutícolas están llevando a cabo iniciativas que permitan reducir su huella hídrica y garantizarse el acceso al agua potable en los próximos años.
Entre otras, destacan la implantación de nuevos sistemas de riego, la instalación de tecnologías digitales basadas en la agricultura de precisión, la automatización de fincas y el empleo de microorganismos que permitan reducir el consumo de agua. Muchas compañías han abierto ya líneas de investigación para atajar un problema que podría lastrar en un futuro el crecimiento y la rentabilidad del sector agrícola.
Estas son algunas de las medidas que están adoptando los operadores, aunque no las únicas, dado que parece claro que la desalación y la reutilización del agua serán herramientas estratégicas para garantizar la continuidad de la agricultura en el sur de España, la zona más afectada por los efectos del cambio climático.
Inversiones en campo para sortear los efectos del cambio climático
La inversión en nuevos equipos incluso puede salvar una cosecha de manzana en una situación de sequía extrema como la que ha sufrido Cataluña este año. Sirva como ejemplo Girona Fruits, empresa con sede en Bordils que ha trabajado en un sistema de consumo responsable de agua para potenciar el riego gota a gota en la mayor parte de sus plantaciones.
Junto con esta medida, puso en marcha un sistema de monitoreo de las necesidades hídricas, que permite, mediante la instalación de sondas, ajustar el consumo en los cultivos. Gracias a la ejecución de todas estas iniciativas, la producción de esta campaña ha sido similar a la anterior.
En la misma dirección trabaja la almeriense Agrícola Navarro de Haro, más si cabe después de que las producciones de sandía hayan descendido en los dos últimos años a causa del cambio climático. La compañía almeriense está centrando su actividad en las fincas, proceso que pasa por la instalación de sondas y la automatización de los cabezales de riego para ahorrar en la factura hídrica y lograr un cultivo más sostenible.
La compañía explica que con las sondas de riego, instaladas en la mayoría de las producciones, ha conseguido un ahorro de agua y nutrientes, ya que todo el proceso se realiza a demanda de la planta.
La tecnología digital también se abre paso en las empresas para optimizar los recursos hídricos en los cultivos. En aguacate, por ejemplo, hay que poner el foco en Grupo Alcoaxarquía, empresa malagueña que ha incorporado tecnología dendométrica e inteligente, basada en un software de gestión del agua de riego.
Esta nueva solución integra sensores, caudalímetros, dendómetros e imágenes satelitales, además de equipos de monitorización. Gracias al uso de esta tecnología, puede procesar la información del campo en tiempo real para programar el riego de forma más eficiente.
Los ahorros se extienden a todos los ámbitos del proceso productivo. Como ejemplo, la alianza comercial sellada por Fontestad, que ha implementado el innovador sistema ‘Control-Tec Eco’ de AgroFresh, tecnología que le permite reducir sustancialmente el consumo de agua en su proceso de lavado de fruta. Según la empresa valenciana, este sistema de lavado ha permitido conseguir un ahorro anual superior al 70%.
La digitalización se abre paso para optimizar el uso del agua
Una de las iniciativas más destacadas en la aplicación de nuevas tecnologías digitales llega de la mano de AINIA, que participa en el proyecto Digital Riego para afrontar los desafíos del cambio climático en la agricultura mediterránea. Su objetivo es optimizar el uso del agua en parcelas mediante estrategias agronómicas diferenciadas, adaptadas a las condiciones específicas de cada cultivo y parcela.
El proyecto, financiado por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), reúne a un equipo interdisciplinario que incluye al CSIC-CIDE, el IIAMA-UPV, ASDRON Spain, IVIA, ANECOOP y AINIA. Todos ellos desarrollan un modelo de programación del riego basado en datos precisos sobre el estado hídrico de las plantas, utilizando tecnologías de vanguardia como la teledetección, drones y sensores hiperespectrales y térmicos.
Otro proyecto relevante en este ámbito es SmartCrops 5.1, basado en la aplicación de gemelos digitales, que optimizan la gestión hídrica y nutricional de cultivos frente al cambio climático, y en el seguimiento y estimación de indicadores de sostenibilidad de los sistemas productivos agrícolas para conseguir una agricultura sostenible.
Los gemelos digitales permiten reproducir en un ordenador lo que sucede en el campo, simulando el comportamiento de la planta y su interacción con el entorno con vistas a comprobar la eficacia de los procesos antes de llevarse a cabo en el cultivo.
Los retos que aborda el proyecto para adaptar los cultivos al cambio climático incluyen la eficiencia en el consumo de recursos gracias a la digitalización; la reducción de la huella hídrica mediante un riego inteligente; la disminución del uso de fitosanitario; el uso de Big Data/Al/Cloud/Edge Computing y medidas de eficiencia energética; y la implementación de prácticas regenerativas para obtener suelos más sanos que permitan retener mejor el agua.
El consorcio que lo desarrolla está compuesto por ocho empresas del sector agrotecnológico y de la producción agrícola (Familia Torres, Trops, Hispatec Erpagro, Pulverizadores Fede, Cortijo Guadiana (Grupo Castillo de Canena), Prima Ram ,Florette Ibérica y Bodega Matarromera) y siete centros de investigación nacionales (Centro de Investigaciones sobre Desertificación-CIDE-CSIC, Universidad de Almería, Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria-IRTA, Fundación FIDESOL, Fundación Air Institute, Universidad de Burgos y Estación Experimental Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea «La Mayora»-IHSM La Mayora-CSIC).
También Grupo Lucas, con sede en El Raal (Murcia), ha puesto en marcha el Proyecto SIRIS, cuyo objetivo es el diseño a escala piloto de un nuevo sistema de riego sostenible que se basa en la recolección del drenaje agrícola para lograr la reutilización del agua y los nutrientes en el cultivo de cítricos.
Y Grupo La Caña, junto con la Universidad de Granada, ha iniciado un proyecto de investigación dirigido al estudio de microorganismos del suelo de cultivo, con el objetivo de crear consorcios de microorganismos que trabajen de forma sinérgica para mejorar la absorción de nutrientes por las plantas y reducir el consumo de agua.