El FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID 2024 analizó en un nuevo laboratorio la contribución de los espacios verdes al bienestar y la salud
Nuevo laboratorio el pasado 21 de mayo
El FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID organizó el pasado 21 de mayo un nuevo laboratorio, con la participación de cinco miembros del claustro de profesores del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde de la UPM, que también conforman el jurado del II Premio Árbol. Dicho Premio se entregará el próximo 20 de junio, durante el FORO.
Estos encuentros forman parte de los preparativos del sexto FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID 2024, organizado por IFEMA MADRID y que se celebrará entre los días 18 al 20 de junio próximos, junto con la 21ª Feria Internacional del Urbanismo y Medio Ambiente, TECMA, y la 8ª Feria Internacional de la Recuperación y el Reciclado, SRR, todo ellos eventos que integrarán el V FORO MEDIO AMBIENTE Y SOSTENIBILIDAD, FSMS 2024.
Los expertos intervinientes en este laboratorio debatieron acerca del papel de las infraestructuras verdes urbanas de cara a mejorar el estado de salud de sus habitantes, tanto a nivel físico como mental, así como para reducir los impactos asociados al cambio climático y la contaminación.
La principal conclusión del laboratorio fue que la infraestructura verde está llamada a interpretar un papel fundamental en el inevitable cambio del paradigma urbano. Estamos en un nuevo contexto que profundiza la relación entre la ciudad y su propio espacio natural, convertido en un aliado imprescindible para garantizar la calidad de vida de la población, así como para afrontar los desafíos que encarnan los efectos adversos del cambio climático y la contaminación.
También hubo un amplio consenso entre los participantes acerca de la importancia de la comunicación y la divulgación de los beneficios que aportan las zonas verdes, a fin de facilitar la sensibilización y la participación de la ciudadanía. Este es un trabajo que es conveniente empezar desde la propia infancia, a partir de iniciativas como la renaturalización de los patios escolares de los colegios.
La mayoría de los expertos también estuvieron de acuerdo en que los costes derivados de la adecuada gestión y mantenimiento de los espacios verdes son rentables tanto nivel económico, ya que generan, ahorros importantes, por ejemplo, de un menor gasto sanitario, como a nivel social al posibilitar un bien común tan imprescindible como es la mejora del bienestar colectivo.
Por último, varios de los ponentes también insistieron en que los municipios deben contar con mecanismo que favorezcan la redistribución de las zonas verdes, a fin de evitar “brechas verdes” entre barrios con presencia de la naturaleza y barrios que carezcan de ella dentro de un mismo entorno urbano.
En el laboratorio participaron Lorena Escuer, comunicadora y especialista en control biológico; Rafael Córdoba, profesor del Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y miembro del Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad (Giau+S); Gabriela Benito, Docente en la Cátedra de Jardinería de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA); Gabriel Dorado, Profesor Titular de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), director del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde, y coordinador del jurado del Premio Árbol del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID, y José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)
En la apertura del laboratorio, David Moneo, Director del FORO MEDIO AMBIENTE Y SOSTENIBILIDAD, FSMS, dio la bienvenida a los asistentes. También afirmó que la cada vez más cercana sexta edición del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID “va a superar ampliamente las expectativas”. El objetivo es, según Moneo, consolidar este FORO para que sea una referencia “como el gran encuentro en pro de un urbanismo más sostenible y enfocado a la circularidad de las ciudades”.
Un cambio del paradigma urbano
Carlos Martí, director de Contenidos del FORO DE LAS CIUDADES DE MADRID, fue el encargado de moderar el debate. Recordó que este año el FORO abordará especialmente las infraestructuras verdes en relación con el cambio climático y los beneficios que aportan al bienestar humano.
Lorena Escuer (especialista en control biológico) hizo hincapié en la importancia de la divulgación. “Si contamos que, en un metro cuadrado, que es lo que ocupa un alcorque, ocurren cosas, y de hecho encontramos mucha vida vegetal y animal, qué ocurrirá entonces si conectamos la ciudad a través de corredores verdes y de otros espacios naturales que nos pueden aportar muchos servicios ecosistémicos. Y todo esto supone salud al mismo tiempo”. Saber contar al ciudadano el verdadero valor de la naturaleza en la ciudad, incluso en este “trabajo a microescala”, resulta esencial de cara a concienciar a la población, comenzando con los más pequeños. Lorena Escuer enfatizó que se invierta en la renaturalización de los espacios infantiles, porque supone “garantizar la salud y la conciencia ambiental para las generaciones más jóvenes”.
Rafael Córdoba (UPM y Giau+S) alertó de las consecuencias negativas del cambio climático para la calidad de vida dentro de las ciudades, situación que va a requerir la implicación de la ciudadanía “en todos los procesos de comprensión y de creación de las propias infraestructuras verdes”, que serán imprescindibles por sus “beneficios ecosistémicos”, como son “la regulación de las islas de calor, la captura de carbono y la prevención de las inundaciones”.
Córdoba también reconoció que la gestión y el mantenimiento de las zonas verdes supone una serie de costes, “pero no solamente hay que hablar de tipos de costes, sino también de tipos de ahorro”. Incluyendo “una serie de beneficios a la sociedad que también van a repercutir en cuestiones sanitarias” que al mismo tiempo contribuyen a disminuir el gasto en temas de salud.
Gabriela Benito (UBA) fue la encargada de dar una dimensión internacional a este Laboratorio. Analizó durante su intervención la problemática que presenta la infraestructura verde en la ciudad de Buenos Aires. La docente detecta una “inequidad en la provisión de servicios ambientales”, así como una clara “disparidad y fragmentación entre los espacios verdes”. De hecho, hay barrios que solo cuentan con 0,4 metros cuadrados de verde por habitante. Como aporte positivo, Benito destacó que el Jardín Botánico Carlos Thays ha sido seleccionado por el gobierno de la ciudad como refugio climático. “Se ha medido su temperatura interior y tiene cinco grados menos que su entorno urbano”. Y no sólo baja la temperatura, sino que además este bosque urbano permite disfrutar de un “ambiente más húmedo y amigable con nuestro vivir”.
Gabriel Dorado (UPM) explicó durante su turno la relación entre la infraestructura verde y la salud y el bienestar, así como la conexión de estas cuestiones con la Agenda 2030. “No es posible desarrollar un desarrollo sostenible sin transformar radicalmente la forma en que construimos y administramos los espacios urbanos”. Esto implica trabajar tanto en la planificación como en la gestión de las ciudades. “Es absurdo destrozar todo el entorno natural cada vez que se quiere realizar un desarrollo urbano nuevo” según el director del Máster en Jardines Históricos y Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde.
Dorado también explicó que las zonas verdes conllevan dos tipos de costes relacionados con su gestión y el mantenimiento, unos costes que son mucho menores si se respeta y se cuida la naturaleza ya existente en la ciudad. El profesor de la UPM puso un ejemplo muy claro en este sentido: “Plantar un bosque cuesta mucho menos que plantar un jardín y el coste de mantenimiento es mucho menor”.
José Antonio Corraliza (UAM) reflexionó sobre la contribución del arbolado a la salud mental. Para el catedrático, existe una clara correlación entre el nivel de naturaleza cercana y el estrés infantil. “A mayor nivel de naturalización, menor estrés infantil” afirmó. También explicó que las zonas verdes pueden ser unas interesantes aliadas en la lucha contra la soledad, uno de los problemas crecientes en las ciudades. “La soledad no tiene que ver solo con el carácter de una persona. También está relacionada con el tipo de espacio y con la calidad del entorno urbano en el que se vive”. Según Corraliza, “el espacio urbano supone una oportunidad para redirigir la agenda de vida diaria”. Es decir, es mucho más fácil que nos apetezca salir a la calle y relacionarnos con los demás en un entorno agradable como el que proporciona la infraestructura verde.