Cofundador y CEO de Brooklyn Fitboxing

Juan Pablo nació en 1975 en el seno de una familia de clase media donde aprendió los valores del trabajo duro y la superación. Atribuye su espíritu emprendedor en gran medida a su familia y su infancia, llena de horas de juegos en los que se fabricaba sus propios tirachinas buscando materiales y perfeccionando su propia creación.

Estudió ingeniería industrial en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI y comenzó su carrera como consultor, pasando tres años en Oliver Wyman antes de decidir cambiar de rumbo profesional. Se marchó para cursar un MBA en el INSEAD y luego abrió su primera aventura emprendedora con un compañero de clase. Como antiguo jugador de fútbol semiprofesional, le apasionaba el ejercicio físico por lo que decidió apostar por el sector del fitness para comenzar su andadura como emprendedor. Abrieron un gimnasio para mujeres, 30-minute fitness, que se convirtió en un sistema de 30 locales franquiciados en toda España.

Esta primera experiencia empresarial y sobre todo, las dificultades con las que se encontró fueron las mejores enseñanzas sobre lo que supone crear una empresa. En enero de 2014 Pablo tuvo una nueva idea para una franquicia de fitness que incorporaba esas lecciones. Tras comenzar a tomar clases de boxeo se dio cuenta del potencial que tenía este deporte si se hacían unos cuantos cambios en la experiencia de practicarlo. Remodeló un antiguo local de 30-minute fitness y empezó a hacer pruebas beta de su nuevo concepto. Nace así Brooklyn Fitboxing, donde se mezclan rounds de boxeo sin contacto en sacos inteligentes con entrenamiento funcional. Una experiencia totalmente innovadora en la que introdujo también la música y la gamificación, al otorgar puntuaciones al final de cada sesión. Desarrolló un manual de operaciones para la franquicia, un software de gestión empresarial propio y atrajo la inversión del campeón de boxeo argentino Sergio Maravilla Martínez para que le ayudara a desarrollar la marca.

A medida que Brooklyn Fitboxing crece va mejorando la experiencia de cada sesión. Gracias a los sensores en los sacos se comienzan a celebrar campeonatos y ligar y se añade la solidaridad como un elemento fundamental de la compañía. Así, desde 2019 se dona el 1% de la facturación de los centros a cuatro proyectos solidarios. Son los fitboxers, todos los que entrenan en Brooklyn Fitboxing, los que deciden cómo se reparte este gran bote solidario.

Brooklyn Fitboxing tiene casi 160 centros repartidos en 10 países y 45.000 clientes entrenando. Además, continúa con su expansión internacional, con planes para crecer en Alemania antes de fin de 2021.