Oportunidades de baja inversión para emprendedores
Los asistentes de voz se imponen como la alternativa digital preferida por los menos acostumbrados a la tecnología, especialmente por las personas mayores. Crear contenidos de utilidad, sencillos y que empaticen con los mayores es uno de los retos de los altavoces inteligentes capaces de interactuar con las personas a través de comandos por voz. Un ejemplo es Alexa, asistente virtual que se integra en este tipo de altavoces y que puede resultar de gran utilidad.
Asimismo, los sistemas neuronales de reproducción del habla son cada vez más sofisticados hasta el extremo de que no solo resulta cada vez más difícil distinguir a un humano de una máquina sino que muchas veces preferimos a las segundas. Se abre así un abanico de posibilidades en servicios como atención al cliente.
Otra gran oportunidad es el desarrollo de juegos pensados para compartir desde el sofá de casa, en familia, en fiestas de amigos… Y mejor aún si podemos incluir algo de realidad virtual. Un mercado casi virgen en España y que despuntará en pocos años.
El marketing sensorial también es una oportunidad de baja inversión y una auténtica necesidad para que las empresas puedan generar sensaciones en sus clientes, como clave para fidelizarles. Un servicio que las grandes ya tienen claro y al que poco a poco se irán incorporando también las pymes.
Lo que vale para videojuegos de realidad virtual también sirve para todo tipo de contenidos, incluso para tiendas online. Es un negocio a dos o tres años, pero con mucho futuro. Muchos contenidos que existen actualmente se pueden enriquecer con la realidad virtual, en especial, en los que ofrecen empresas de turismo, ocio y moda. Incluso hay quien ve un recorrido muy grande en realidad virtual para e-commerces, por la posibilidad de que el consumidor pueda ver cómo le sientan los productos que quiere comprar a partir de medidas reales de su cuerpo.
Si las tiendas para la venta de artículos de segunda mano hace años que funcionan con éxito en España, ahora empiezan a extenderse las que ofrecen productos de todo tipo en régimen de alquiler. Este concepto no es nuevo y que lleva años aplicándose a artículos de alto precio y escaso uso, como sucede con los fracs y los chaqués, pero ahora se amplía el servicio a artículos de todo tipo, desde tecnología hasta muebles, juguetes para niños, joyas o extensiones de pelo.
En relación con el boom del turismo gastronómico, hay un par de ideas interesantes: una agencia de viajes para foodies que funcione como un agregador de las mejores actividades de turismo gastronómico de cada lugar, con posibilidad de reservar en tiempo real, o una consultoría que ayude a las empresas del sector a idear conceptos que exploten esta tendencia. Se trata de convertir todo el establecimiento en un gran espacio dedicado a los productos de la tierra, a productos gourmet y delicatessen. Y todo ello organizando también actividades como catas, degustaciones, visitas a bodegas, a productores, entre otras.
Las tiendas efímeras, que se montan unos días con fecha de caducidad, llevan ya tiempo en el mercado, pero están más de actualidad que nunca. Se ha pasado del uso de este concepto para comercios de moda y tecnología a otros sectores, como la restauración (restaurantes que se montan por unos días para traer restauradores de todas los rincones de España a ofrecer sus propuestas). Suele tratarse de locales fijos con propuestas rotativas. La idea es que se puede aprovechar esta oportunidad convirtiéndose el emprendedor en un facilitador de este tipo de locales para agencias de marketing especializadas en conceptos pop-up o directamente para las pymes que se quieran subir a esta tendencia, como herramienta de comunicación y marketing.