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08 abril 2025

Manuel Gallardo (Atecyr): La innovación en ventilación hospitalaria se ha acelerado en los últimos años

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Manuel Gallardo Salazar, vicepresidente y miembro del comité técnico de la Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración (Atecyr), afirma en la siguiente entrevista que la ventilación en los hospitales es un factor clave para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes y del personal sanitario. Y desvela las principales estrategias para optimizar la calidad del aire combinando avances tecnológicos con buenas prácticas operativas.

¿Qué importancia tiene la ventilación en los hospitales?

La ventilación en los hospitales es un factor clave para garantizar la seguridad y el bienestar, tanto de los pacientes como del personal sanitario. No solo se trata de proporcionar aire limpio, sino de controlar su calidad a través de la mitigación de contaminantes, la regulación de la temperatura y la humedad, y el control de la presión diferencial entre diferentes áreas. Una ventilación adecuada previene infecciones y mantiene entornos asépticos en cada vez más espacios críticos como quirófanos, unidades de cuidados intensivos y salas de aislamiento.

¿Cuál es la regulación en este aspecto?

En este ámbito, la normativa es extensa y varía de un país a otro. Existen regulaciones europeas como la UNE 100713:2005 en España, la NF S90-351 en Francia o la DIN 1946-4 en Alemania, junto con guías internacionales como la ASHRAE 170 en Estados Unidos. Estas normativas establecen estándares rigurosos para los sistemas de ventilación hospitalaria, pero su constante evolución obliga a los profesionales a actualizarse de manera continua para garantizar que las técnicas y tecnologías aplicadas no queden obsoletas.

 

¿Cómo se puede mejorar la calidad del aire en estos centros?

La calidad del aire en los hospitales puede optimizarse a través de diversas estrategias, combinando avances tecnológicos con buenas prácticas operativas. Entre las más relevantes destacan los sistemas de filtración avanzados; el control de presión diferencial; la automatización y monitorización en tiempo real; la optimización con inteligencia artificial; el mantenimiento predictivo; la recuperación energética y la sostenibilidad; la formación continua del personal técnico; y la conciencia de la Administración y los propietarios.

El uso de filtros HEPA y ULPA en áreas críticas permite eliminar partículas microscópicas, incluyendo virus y bacterias. Mantener presiones positivas en quirófanos y salas limpias, y presiones negativas en zonas de aislamiento de pacientes infecciosos, previene la propagación de contaminantes. La incorporación de sistemas de control avanzados y sensores permite un control continuo de temperatura, humedad, nivel de CO₂ y calidad del aire. Estos sistemas generan alertas y permiten ajustes automáticos en tiempo real para mantener las condiciones óptimas permitiéndooslas además una reducción de los consumos energéticos.

Los sistemas de inteligencia artificial (IA) pueden analizar datos históricos y en tiempo real para ajustar los caudales de ventilación y su tratamiento según la ocupación del espacio, mejorando la eficiencia energética sin comprometer la seguridad. Asimismo, gracias a la integración de los sistemas de control y su rápida evolución necesaria y posible gracias a la IA, se pueden anticipar fallos en los sistemas de climatización y ventilación, reduciendo el riesgo de averías y optimizando los recursos, así como mejorar el desempeño energético de los edificios hospitalarios.

Implementar recuperadores de calor y estrategias de eficiencia energética permite reducir el consumo sin comprometer la calidad del aire, un aspecto clave en hospitales que operan las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Por otra parte, dado el rápido avance de las normativas y las tecnologías, es imprescindible que los profesionales del sector reciban formación periódica para adaptarse a los nuevos estándares y garantizar el correcto funcionamiento de los sistemas. Finalmente, hemos pasado una pandemia, donde se puso de manifiesto la importancia de la calidad de aire en el sector. Sin embargo, pasado el miedo, las administraciones no han evaluado el estado real de los sistemas de ventilación y climatización de los centros sanitarios para establecer un plan de mejora y adaptación. De la misma manera deberían hacerlo otros propietarios de edificios sanitarios existentes.

 ¿Cuáles son las últimas tendencias relacionadas con la seguridad en estos entornos?

La innovación en ventilación hospitalaria se ha acelerado en los últimos años, impulsada por la necesidad de mejorar la seguridad en entornos sanitarios. Algunas de las principales tendencias incluyen sistemas de ventilación con IA y aprendizaje automático, que permiten ajustar la climatización en función de patrones de uso, prediciendo la demanda de aire en diferentes áreas y optimizando los flujos de ventilación en tiempo real; sensores IoT para control de calidad del aire, que proporcionan mediciones continuas y generan alertas cuando se detectan desviaciones en los parámetros establecidos por la normativa. Y purificación activa del aire, con tecnologías como la ionización bipolar, la luz ultravioleta (UV-C) y la oxidación fotocatalítica que están cobrando protagonismo como sistemas complementarios para reducir la carga microbiana en entornos hospitalarios. Estas tecnologías no están recogidas en el RITE.

Entre estas tendencias también están unas normativas en constante evolución. La rápida actualización de regulaciones a nivel internacional exige que los diseñadores e instaladores estén al día con los últimos cambios para garantizar que sus proyectos cumplan con los requisitos más estrictos. Así como la eficiencia energética y la sostenibilidad. Con el auge de los edificios de consumo casi nulo (nZEB), se están implementando estrategias que combinan energías renovables con sistemas de recuperación de calor para hacer que los hospitales sean más sostenibles sin comprometer la calidad del aire. 

¿Qué otros factores contribuyen a mejorar la calidad del aire en los hospitales?

Es fundamental entender que la calidad del aire en los hospitales es un ámbito en constante evolución. No solo se trata de instalar tecnología avanzada, sino de diseñar correctamente los espacios, planificar el flujo de aire y garantizar la correcta implementación de las normativas. Por otra parte, el papel de la sensórica y la inteligencia artificial en la gestión de la calidad del aire es cada vez más relevante. La capacidad de analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real y realizar ajustes automáticos está transformando la forma en que se diseñan y operan los hospitales. Además, la adopción de estrategias de mantenimiento predictivo permite mejorar la seguridad y la eficiencia operativa.

Por último, la colaboración internacional es clave en este ámbito. Dado que las normativas varían entre países, los profesionales deben estar atentos a las mejores prácticas globales y adaptar sus proyectos a los nuevos desafíos tecnológicos y regulatorios. La ventilación hospitalaria no solo es un componente técnico, sino un elemento esencial en la seguridad sanitaria y la eficiencia de los centros sanitarios.

En este sentido, el documento técnico de las instalaciones de los edificios DTIE 1.08 Calidad de Aire en Hospitales, publicado por Atecyr, describe las diferentes áreas y zonas hospitalarias, así como las técnicas y tecnologías más frecuentes para alcanzar las exigencias normativas antes descritas. Se hace hincapié en los niveles de ventilación exigidos, así como los requisitos de filtración y purificación y el control de presión diferencial en las zonas. Las técnicas y tecnologías descritas son las mejores hoy en día, están expuestas y desarrolladas bajo un criterio de eficiencia energética y recursos disponibles.

El documento contiene una potente tabla, diferenciada por las distintas zonas hospitalarias (esterilización, hospitalización, bloque quirúrgico, partos, UCI, diálisis, emergencias, radiología, farmacia, laboratorios, medicina nuclear…) que recoge, en modo de resumen, todas las recomendaciones que desde Atecyr se proponen para el cumplimiento de la diversa normativa antes descrita: rango de temperaturas, humedades, nivel de monitorización, renovaciones, ventilación, utilización o no de recirculación de aire, etapas de filtración, suministro energético de emergencia, nivel de iluminación, regulación e IP de la instalación de iluminación… son las variables sobre las que se definen los valores recomendados.