Susana Rodríguez (AEFYT): “este verano aumentarán las intervenciones correctivas en muchas instalaciones de refrigeración”
El cambio climático es una realidad de la que estamos empezando a sufrir sus consecuencias, como nos explica Susana Rodríguez, presidenta de AEFYT, Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías. Este verano aumentarán en mayor medida las intervenciones correctivas en muchas de las instalaciones de refrigeración; y se producirá por encima de la media de los últimos años, sobre todo en instalaciones más antiguas, la rotura de elementos como son los compresores.
¿Qué opina sobre las consecuencias del cambio climático?
El cambio climático es una realidad de la que estamos empezando a sufrir sus consecuencias directamente en nuestro día a día desde el 2020: altas temperaturas, olas de calor más frecuentes en meses inusuales, sequías e incendios forestales, inundaciones, subida del nivel del mar en zonas costeras… Las causas están claras; nuestra actividad diaria está provocando este calentamiento global con el aumento de emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Pararlo es una tarea de todos, en todos los ámbitos y en todos los sectores de producción. La toma de conciencia es fundamental si queremos seguir contando con la naturaleza como fuente de recursos.
¿Cómo está afectando o podría hacerlo al sector de la refrigeración?
Hay dos escenarios claros, uno que afecta a la operativa del día a día en la producción de frío actual y otra que afectará a la futura. En la producción del frío diario, las acciones correctivas cotidianas han aumentado de una forma considerable. Las instalaciones, concretamente los equipos, no están preparados en su totalidad para trabajar con temperaturas tan elevadas en el exterior, algo que se agrava cuando la diferencia entre la temperatura diurna y la nocturna es cada vez menor. Esto lleva aparejado un rendimiento inferior, la parada de instalaciones o las roturas de elementos por el volumen de horas trabajadas en valores de máximo rendimiento.
Las emisiones a la atmósfera pueden ser directas e indirectas, y en las últimas el consumo de energía en la refrigeración ha empezado a tener especial relevancia. En los últimos años las instalaciones de refrigeración están empezando a monitorizarse, a utilizar el control y la regulación como vía para reducir el consumo energético y minimizar las emisiones indirectas consecuencia la producción de frío, que puede llegar hasta el 48% de la factura total de la luz de un establecimiento.
A futuro, que ya es presente, las instalaciones de refrigeración tienen que sufrir una gran transformación bajo el marco de las normativas europeas que obligan a una ambiciosa reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Esta reducción de emisiones, con dos importantes fechas, 2030 y 2050, tiene como objetivo claro una transición ecológica para conseguir revertir el cambio climático: “Las emisiones netas mundiales de CO2 de origen humano tendrían que reducirse en un 45% para 2030 con respecto a los niveles de 2010, y seguir disminuyendo hasta alcanzar el cero neto aproximadamente en 2050”.
¿Qué puede suceder en un verano como el de este año que se espera especialmente caluroso?
Este verano, tal y como ya empezamos a ver en el 2022, aumentarán en mayor medida las intervenciones correctivas en muchas de las instalaciones de refrigeración, y sin destacar zonas geográficas, porque cada vez se asemejan más en temperatura el norte y el sur de España. Así, se producen por encima de la media de los últimos años, sobre todo en instalaciones más antiguas, la rotura de elementos como son los compresores.
Los veranos son más largos, empiezan antes y terminan más tarde. Esto somete a grandes fricciones la organización de las plantillas de las empresas mantenedoras por el aumento de la cantidad de meses con picos altos de trabajo. De cara al usuario, las mermas de productos y siniestros pueden aumentar, así como una rotura en puntos de la cadena de frío por falta de rendimiento de equipos.
Tranquiliza saber que el sector está preparado para estas situaciones. Somos conscientes de nuestra responsabilidad que, más que nunca, es la de un tejido empresarial social, teniendo en cuenta la esencialidad de nuestra profesión que cada día se hace más patente.
¿Qué otros retos tienen el sector de la refrigeración?
El sector de la refrigeración, desde el usuario de instalaciones hasta el mantenedor de las mismas, tiene un gran reto y una gran responsabilidad social y empresarial como sector partícipe de las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero. Debe contribuir activamente a su reducción para lograr minimizar el cambio climático. ¿De qué manera? Con instalaciones más sostenibles y con tecnologías más respetuosas, con la apuesta por la regeneración y la economía circular, con el uso de fuentes de energía naturales para la producción de frío, con praxis focalizadas a la reducción de emisiones que obedezcan a patrones predictivos, con la incorporación de elementos de control en la instalación que nos lleven a una regulación total para encontrar el punto de eficiencia energética, formación e información… Todas estas acciones son posibles con la aceleración de la digitalización y un alineamiento efectivo de todos los agentes.