18 abril 2024

El coleccionismo vintage de las cámaras analógicas

Autor
Mª Cristina Pacheco Méndez
Tiempo de lectura
8 min.
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Perfiles de coleccionistas

La mayoría de los coleccionistas que se interesan por este sector y por este tipo de cámaras vintage son perfiles que tienen un conocimiento previo de los aparatos, saben qué es lo que están adquiriendo ya que van a utilizarlos para tomar fotografías.

Actualmente es muy fácil realizar una fotografía con un dispositivo electrónico, mientras que utilizar una cámara analógica requiere de un conocimiento previo. Estos perfiles coleccionistas son entonces más puristas, tanto para la adquisición de cámaras para un uso posterior como objeto de exposición en colecciones personales.

Por otro, encontramos un perfil que desconoce el género pero que tiene interés en aprenderlo. A través de los diversos testimonios, se observa que además muchos de estos coleccionistas han ido aprendiendo a medida que iban adquiriendo los productos. Internet está repleto de foros en donde se tratan temas específicos de fotografía analógica y muchos coleccionistas comparten su experiencia e incluso recomiendan cámaras, siendo la Leica M3 una de las que más. También encontramos la obtención de cámaras a partir de herencias, en donde hay un sentimiento de nostalgia hacia el producto ya que representa una época o una persona en concreto.

Actualmente, encontramos un auge del coleccionismo de cámaras analógicas, sobre todo para la gente joven. Se ha observado como estas cámaras cuentan con una serie de características que resultan muy interesantes, como el hecho de vivir la experiencia de sacar una fotografía “única”.  Esta generación se encuentra con la saturación de la digitalización, con una cámara digital o un smartphone no hay límite en la toma de fotografías como ocurría anteriormente con los carretes, actualmente es posible borrarlas, editarlas o rehacerlas, por lo que no hay margen de error. Es entonces cuando una cámara analógica permite tener una visión distinta de la fotografía, con texturas y colores que permite al usuario desarrollar su creatividad. (López, 2020).

El sector de la moda por ejemplo hace uso de este tipo de fotografía para la promoción de sus productos en páginas web, redes sociales o revistas. Plataformas como Instagram han promovido la utilización de filtros basados en la fotografía analógica. El hecho de que existan herramientas así genera curiosidad, los usuarios pasan de un plano digital a la compra de cámaras y carretes. Es por lo que también se ha desarrollado la fotografía “hibrida”: se realiza la foto en una cámara analógica pero luego se publica en internet, una práctica con la que muchos fotógrafos no están de acuerdo.

Marta Arquero, cofundadora de Sales de Plata, un espacio analógico situado en Madrid expone para la revista Yorokubu que:

El público analógico está rejuveneciendo, ya no se trata de una generación nostálgica que busca el recuerdo de una cámara o el olor a químico de su adolescencia; son nuevos usuarios que nunca antes han visto un carrete, que no tienen interiorizado cómo la imagen se expone sobre la película, que se acercan a este medio por verdadero interés hacia algo desconocido y único lleno de posibilidades. (Arquero, 2022)

Esto también lo comenta Albert Roig para El Confidencial, uno de los fundadores de Carmencita Film Labs, un laboratorio valenciano:

Lo mejor de todo es que la gente nueva no dispara por nostalgia, sino porque encuentra algo interesante en ello. Es gente que nunca ha disparado y que, de hecho, muchas veces no sabe ni cómo colocar el carrete dentro de la cámara. (Roig, 2021)

Las cámaras analógicas se adquieren también como una herramienta que permite mantener el arte de la fotografía viva, aunque donde antes se buscaba retratar un momento concreto, ahora se busca una estética y una moda. Hoy en día la mayoría de la población es propietaria de un dispositivo electrónico que le permite sacar fotografías sin límites, por lo que el concepto ha cambiado.

El mercado de la cámara Leica M3

La cámara Leica M3, que comenzó a comercializarse en 1954 por la empresa alemana Ernst Leitz GmbH, fue descrito por sus usuarios como “legendario”. A partir de la presentación de la Leica I, en 1925 la compañía ha sacado al mercado todo tipo de cámaras, mejorándolas para cubrir las necesidades de sus consumidores.

El modelo Leica M3, combina un telemetro con un visor, permitiendo al usuario enfocar mediante dos imágenes, también llamada telemétrica. Desarrolla un concepto nuevo dentro del mercado de la fotografía por las novedades que incorpora. Su funcionamiento es mecánico, está fabricada para perdurar en el tiempo y sus ediciones son limitadas, lo que actualmente convierte a la cámara en un objeto de lujo. Es tan completa que, a pesar de haber tantos competidores, se acaba acudiendo a ella por las cualidades que ofrece.

El dispositivo M3 pertenece a una serie de cámaras denominadas “M”, que abarca varios modelos distribuidos a lo largo del siglo XX y XXI, habiendo una renovación de la marca para adaptarse al mercado y a la digitalización, pero manteniendo el diseño clásico. El modelo M3 tuvo a su vez diferentes variaciones para ser más exclusivas. Un modelo similar que también resulta interesante dentro del mercado es la Leica M3 Prototype (1953) debido a que es un prototipo de la M3 convirtiéndolo en una pieza única.

En cuanto su venta, encontramos el producto de dos maneras: completo o sin el objetivo, lo que varía en los precios. Cómo vías principales encontramos: subastas, tiendas especializadas, venta online, anticuarios o ferias. Para conocer cuál es el valor económico del producto se ha hecho un estudio consultando las páginas web de diferentes casas de subastas y se ha hecho una comparativa del precio de los lotes. Varían dependiendo del estado de conservación de la cámara, si funciona o si es una edición limitada.

Primeramente, se analizaron las ventas de Christie’s desde 1995 hasta 2007. Se ha percibido una bajada de los precios, observando que en algunas ocasiones el remate fue mucho más inferior que el estimado. Se considera que esto se debe a la aparición de la cámara digital en el mercado. Además, este tipo de cámaras antiguas no tenían tanto valor histórico como actualmente por lo que tenían poca demanda. A pesar de esto, hubo un pico en 2001 que, contrasta con la información que ofrece un artículo de El Confidencial (Rey Maté, 2021), explicando cómo en 2001 hubo un aumento del 1% en las ventas.

Las cámaras analógicas en el mercado del arte

En los últimos años ha habido una incuestionable subida de los precios y analizando las subastas de Chiswick, se aprecia cómo los lotes se han ido revalorizado con el tiempo debido a las modas vintage y el coleccionismo de cámaras analógicas. Además, Chiswick fue relevante porque subastó una de las ediciones mejor valoradas de Leica M3 Prototype, que, a pesar de haber perdido parte de su color negro, el paso del tiempo le dotó de una pátina dorada característica. Tuvo un precio de remate de 58.000 libras.

Los precios de las cámaras con características especiales son más elevados por su alto valor histórico, siendo además limitadas. Un modelo más normalizado puede llegar a los 1.500 euros mientras que éstas pueden ascender hasta los 200.000 euros. Principalmente, los modelos que más valor pueden tener pertenecerán a la categoría mint, es decir, que tiene un estado de conservación impecable.

Se ha llegado a conclusión de que con la llegada de la digitalización hubo una caída en las ventas de las cámaras clásicas, pero con la llegada de las modas vintage o redes sociales ha habido una revalorización de las mismas. Esto nos lleva a encontrar cámaras con precios mucho más altos, sobre todo en vías como casas de subastas o ventas directas en tiendas especializadas.

Mª Cristina Pacheco Méndez